En aquel partido ante el Sevilla, Di María hizo un gol y regaló dos asistencias. Fue lo último que dio al equipo antes de regresar en febrero ante el Racing y aportar otro tanto. Su recaída ante los cántabros motivó dos nuevos meses alejado de los terrenos de juego, y tras probarse ante Osasuna y Valencia, Mourinho le vio preparado para afrontar todo un derbi en el Vicente Calderón.
No obstante, la decisión de Mourinho tuvo algunas lagunas y el argentino no tuvo su mejor día ante el Atlético de Madrid. Perdido por el terreno de juego, las pocas cabalgadas que intentó finalizaron con el balón perdido, y defensivamente no fue el mismo que antes de la lesión. Se le nota falto de actividad, pero con el tiempo no cabe duda de que será el que fue.
DEJA TU COMENTARIO