En busca del golpe mortal a la Liga

Si a un madridista le dicen a comienzos de temporada que a falta de cinco jornadas para acabar la temporada su equipo tiene que visitar el Camp Nou con una ventaja de cuatro puntos, habría firmado con lápiz, bolígrafo y hasta con sangre si hubiera hecho falta. Ese tesoro que tiene de renta el Real Madrid respecto a su rival debe darles a los blancos la suficiente tranquilidad como para jugar sin presión en Barcelona. Eso sí, nada de tirar el partido, porque nadie se lo perdonaría, pero sí actuar con la situación de angustia que sí tienen en el Camp Nou, ya que a los culés sólo les vale la victoria. Cualquier otro resultado será prácticamente definitivo para devolverle a Cibeles el trofeo de campeón de Liga.

Lo que tiene que tener claro el equipo de Mourinho es que no sale a defender ningún resultado. No hay que remontar un choque de ida adverso, ni tampoco salvaguardar ninguna renta obtenida con anterioridad. La mejor forma de verlo es como si fuera una final, como la de Copa del Rey de hace un año y un día, por ejemplo, en la que Cristiano se coronó como ejecutor del Barcelona ¿Por qué no podría volver a pasar esta noche algo parecido? Esta vez no pita Teixeira y sí Undiano Mallenco, el mismo que lo hizo en la final copera. Es un dato, sin más. Veremos cuando acabe el partido si bueno o malo. Me refiero al dato, no al árbitro, que puede salir por cualquier lado. Ya saben.

Dando por buenas las palabras pronunciadas por Aitor Karanka en la previa del partido, el madridista debe confiar, o como diría Cristiano Ronaldo, 'estar confiante', en que su equipo dará un puñetazo encima de la mesa desde la alineación, en primer lugar, posteriormente con el planteamiento y, si puede ser, también con un resultado que acabe con la Liga. Es perfectamente posible, a pesar de que algunos hablen de goleada a los blancos o de falso campeón si gana la Liga pero pierde hoy. Si el madridismo confía en el triunfo, los jugadores también. Se lo deben a su gente.