Kassai, pésimo árbitro para una noche negra

El colegiado húngaro perjudicó poco a poco a los blancos con su arbitraje





Kassai fue la mejor antítesis de un colegiado casero. El húngaro siempre decantaba las decisiones dudosas en favor de los visitantes, permitiéndoles que poco a poco fueran minando el juego del Madrid a base de faltas reiteradas que no solía señalar. Además, le costó mucho mostrar las tarjetas amarillas a los futbolistas bávaros, dejando que se excediesen en su juego físico. Así, en el minuto 1 no le mostró amarilla a Mario Gómez por cortar un saque de falta de Xabi Alonso, aunque unos minutos después acertaría con el penalti de Alaba por mano dentro del área.

Más discutible fue el penalti de Pepe en el minuto 26. El portugués se llevó la amarilla por un supuesto empujón en el área a Mario Gómez, en una acción pitable pero muy rigurosa. Era el anticipo de un arbitraje sibilino, 'made in Platini', en el que cada falta del Bayern era valorada de forma muy permisiva por el árbitro. Así, Luiz Gustavo debió ser expulsado por sus reiteradas faltas durante todo el partido, pero no vio la tarjeta amarilla hasta casi el final del partido.

En el minuto 63 su línea se 'comió' un fuera de juego de Marcelo que le dejaba en situación muy peligrosa, confirmándose que el árbitro no estaba por la labor de ser muy ecuánime esta noche. Sin embargo, la guinda a su actuación llegó en la segunda parte de la prórroga, cuando le sacó amarilla a Esteban Granero por un contacto de Neuer en el área. El madrileño cayó en una acción susceptible de pena máxima, pero el húngaro no tuvo piedad y convirtió un posible penalti en una amonestación para el canterano. Seguramente, Platini sonrió al acabar el partido.