El centrocampista teutón nunca lo ha tenido fácil en los dos años que lleva en el Real Madrid. No en el plano deportivo, porque José Mourinho ha dejado claro en numerosas ocasiones que para él es un jugador imprescindible y titular. Sin embargo, a Khedira no le han faltado los críticos, pues algunos periodistas y aficionados indicaban que no tenía la suficiente calidad técnica como para estar en el conjunto blanco y que su estilo de juego no encajaba con el que lleva acabo el Madrid. Unos comentarios que el técnico merengue no ha escuchado en ningún momento, de manera que Sami ha venido siendo el acompañante habitual de Xabi Alonso en el centro del campo.
Así, esta Eurocopa ha contribuído a que todo el mundo vea lo que solo Mourinho y unos cuantos más alcanzaban a vislumbrar: que Khedira es uno de los mejores centrocampistas del mundo y que, si se lo propone, puede ser un buen pasador y un magnífico llegador. El seleccionador alemán Joachim Löw le ha dado más galones que los que habitualmente porta en el Real Madrid y se ha podido ver al jugador en su mejor versión. Un futbolista con una aceptable salida de balón, poderoso físicamente y con recorrido suficiente como para apoyar en defensa y sorprender en la segunda línea del ataque.
Por ello, y a falta de la disputa de la final, Sami se va a ir de esta Eurocopa siendo el 12º futbolista que más pases buenos ha dado el torneo, con un total de 284. El juego de toque de la selección alemana ha contribuído a que el madridista demuestre que es mucho más que un centrocampista destinado a defender y a robar balones. Su presencia ha infundido respeto en sus rivales, que han intentado pararlo de todas las formas posibles. La mejor prueba es la foto que acompaña estas líneas, con hasta seis jugadores italianos pendientes de sus movimientos. Solo ellos lograron frenar su juego y Alemania se resintió. De ahí que no puedan estar en la final del próximo domingo, aunque la actuación de Khedira
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