El delantero luso ya había marcado al Sevilla siete goles en dos visitas al Sánchez Pizjuán, por lo que el terreno hispalense se preveía como el lugar idóneo para dejar atrás su melancolía. Ya a los nueve minutos de juego avisaba el delantero a balón parado con un buen lanzamiento de falta que despejó Palop. No fue el único intento de Cristiano, que cada vez que tuvo la ocasión bombardeó al meta valenciano del Sevilla.
El portugués tiró del carro lo que pudo, fue de lo mejor del Real Madrid a lo largo de los noventa minutos, y aunque no encontró su premio no se le puede reprochar que no lo intentara. En cualquier caso, al no marcar, el madridismo no pudo comprobar si su tristeza ha finalizado por fin o no.
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