¡Qué gozada, Cristiano!

El portugués marcó el gol de la victoria en los últimos instantes de un partidazo ante el Manchester City. Los blancos tuvieron que remontar en dos ocasiones. Impagable esfuerzo de Di María durante los 90 minutos.





Intensidad, motivación y ganas. Eso es lo que le había pedido Mourinho a sus jugadores después de apenas comparecer en los partidos frente Getafe o Sevilla. La arenga del entrenador dio sus frutos. El Madrid salió a morder desde el primer minuto, con más o menos acierto, pero con las cosas claras. Y con ganas, las mínimas que se le pueden exigir a un jugador del Madrid. Eso sí, Mourinho también puso su sello personal en la presentación, con la entrada de Varane y Essien por Ramos y Özil. Dos sorpresas.

La puesta en escena de los blancos fue buena. No arrasando, porque aunque metió músculo, el City también tenía bícepts para repartir con Javi García o Yayá Touré. Sin embargo, poco a poco, y con el paso de los minutos, el Madrid fue atrincherando al equipo inglés. Cristiano Ronaldo, aparentemente motivado, fue quien lideró las primeras acometidas sobre la portería inglesa. De hecho, antes de cumplirse los 10 minutos, el portugués dejó la cadera de Maicon por el suelo, pero cuando ya se intuía el gol, la mano salvadora de Hart, lo evitó.

Los ingleses seguían reculando por el empuje de un Madrid que presionaba muy arriba, y que no dejaba que los realmente buenos del City, Silva, Nasri y Touré, la tocaran como hubieran querido. De hecho, el segundo aviso de la noche lo volvió a firmar Cristiano Ronaldo con otro latigazo calcado al del minuto 8 de partido. El resultado final, el mismo. Otra gran parada del portero británico, que seguramente tocó más la pelota en la primera parte que alguno de sus compañeros.


El equipo de Mourinho no dejaba de presionar, tiraba de pulmones. Di María se vació como siempre, Khedira también tuvo sus momentos de fuerza, y Essien, al que se le vio algo lento, mantenía el tipo. Eso sí, se echaba en falta algún jugador de mayor talento con el balón para añadirle veneno a las simples intenciones que tenían los centrocampistas del Madrid. Aun con eso, el City se marchó vivo al descanso, sin ningún gol en contra. El Madrid, bien, con intensidad, aunque sin el premio del gol. Si la primera parte fue más sosa, táctica y menos vistosa, la segunda fue un regalo para la vista, por la emoción, el espectáculo y los goles. Justo el tipo de partido que el Bernabéu adora y que le pone cachondo.

Eso sí, el partido realmente no se rompió del todo hasta el minuto 68. Y fue gracias al gol del Manchester City. Una contra sacada por potencia de los pies de Touré al que nadie acertó a parar ni a detener, acabó en los pies de Dzeko. Se presentó delante de Casillas y no falló. La primera llegada del City acabó en diana. Un duro golpe para el Madrid que, eso sí, lejos de morir y rendirse, se levantó. No se puede pasar por alto que el autor del gol británico, Dzeko, había salido al campo sustituyendo a Silva, que se llevó la mayor ovación de un jugador visitante en el Bernabéu desde hacía años. Se nota que el madridismo le tiene en sus oraciones, y habrá que ver si desde ahora también Florentino, al que le gusta siempre dar voz al pueblo cuando habla.

Ficha Técnica

Real Madrid 3: Casillas, Arbeloa, Pepe, Varane, Marcelo, Xabi, Khedira (Modric 72’), Essien (Özil 65’), Di María, Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzema 72’).

Manchester City 2: Hart, Maicon (Zabaleta 73’), Kompany, Nastasic, Clichy, Javi García, Touré, Barry, Nasri (Kolarov 35’), Silva (Dzeko 62’) y Tévez.

Goles: 0-1 Dzeko (68’), 1-1 Marcelo (77’), 1-2 Kolarov (85’), 2-2 Benzema, 3-2 Cristiano Ronaldo

Árbitro: Damir Skomina. Amonestó a Javi García, Kolarov, Dzeko

Estadio: Santiago Bernabéu (73.000 espectadores)

El conjunto blanco se repuso, y de la mejor forma. Con garra, coraje y bemoles. Marcelo, al que se esperaba como suplente en esta ocasión, firmó una de sus subidas imparables. De las que hacen daño. Y el mayor daño que se le puede hacer a un equipo es marcarle un gol. Justamente eso hizo el brasileño, además de la forma más imprevisible, con la pierna derecha y al palo largo. Todo un golazo. El Bernabéu creía en la remontada, y tenía razones.

Eso sí, el madridismo parecía predestinado a pasar una noche de emoción y agonía. Dicen que así las victorias saben mejor. Máxime cuando a falta de cinco minutos para el final del partido, una falta lateral sacada por Kolarov se introdujo en el arco de Casillas sin que nadie lo tocara. La imagen de Xabi Alonso en el suelo tras el gol parecía la instantánea que resumiría el partido. Pero no fue así.

Y no lo fue porque al Madrid se le puede criticar que juegue mejor o peor, pero lo que nunca perdona su gente es la falta de ganas y amor propio. Y si hay algo a destacar de este partido es precisamente eso. Benzema respondió con un remate a la media vuelta al gol de los ingleses. Volvía la igualada y volvía a crearse en el ambiente ese espíritu de las grandes noches. De las que siempre sale triunfador el Real Madrid. Y esta no iba a ser menos.

Por si esto fuera poco, y para que el final del cuento fuera de hadas, tenía que ser Cristiano Ronaldo el que anotara el tanto de la victoria. Un derechazo con efecto dentro del área, que Hart no acertó a atrapar. Le sorprendió el movimiento del balón y acabó en la red. Se cayó el estadio en la celebración y también lo hizo Cristiano, que puso sus rodillas sobre la hierba para deslizar su alegría junto al resto del estadio. Se acabaron las tristezas individuales y colectivas. Un gran partido que borró de un plumazo toda la polémica de los últimos tiempos. Una gozada para el madridismo, que espera que este sea el comienzo de una gran temporada.