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El domingo ha sido muy accidentado para el Real Madrid. La lluvia que cayó durante la tarde en la capital de España hizo saltar la alarma en un partido tan complicado como el de Vallecas, ya que podía significar un encuentro más trabado de lo habitual, una guerra en el barro. Sin embargo, alguien se encargó de evitar que el choque no se pudiera celebrar, según informó Martín Presas una vez confirmada la suspensión del partido.
Alguien subió a la cubierta del estadio de Vallecas, cortó los cables de los focos y bajó sin ser visto. Corre el rumor de que podrían haber sido incluso aficionados del Rayo, molestos porque el club hubiera hecho medio día del club la visita merengue (25 euros la entrada). Un sabotaje en toda regla que no hace otra cosa que perjudicar los intereses del Real Madrid. Y es que el partido deberá jugarse el lunes, con el consiguiente perjuicio para un Madrid que no tiene nada que ver con el problema.
El partido se jugará este lunes. El Rayo Vallecano se niega a jugar a las 17:00 de la tarde para ayudar a que los aficionados puedan acudir, ya que al ser día laboral sería un horario intempestivo. Sin embargo, el Madrid se mantuvo firme en no jugar con luz artificial por la ausencia de garantías de que el problema de iluminación se solucionara para el lunes a última hora de la tarde. En cualquier caso, la RFEF es la que manda y decidió que se juegue a las 19:45 sin ninguna garantía de solución. Una vez más, el Madrid es el mayor damnificado de una situación que avergüenza al fútbol español tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.
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