El Madrid quiere empezar en el Camp Nou a remendar su descosido

Bajo este contexto, el encuentro será bastante más importante para el Madrid que para su rival. Y es que el Barcelona ha comenzado la temporada con una regularidad de resultados que les coloca en una posición de privilegio tanto en la Liga como en la Champions; mientras que el equipo blanco ha acusado su bache inicial de juego y ya ha agotado su cupo de errores en estos primeros meses de competición. Parece evidente que un triunfo en el Camp Nou por segundo año consecutivo sería fundamental para reactivar la emoción en el campeonato, mientras que una derrota le obligaría a mezclarse con la épica para acabar levantando la Liga.

Sea como fuere, protagonistas del duelo de uno y otro lado ya han dejado claro que, en el caso de ampliarse las distancias a los 11 puntos, aún quedaría mucha Liga por disputarse. Un hipotético que Mourinho no quiso entrar a valorar este sábado en su rueda de prensa, pues para él solo hay que pensar en ganar en Barcelona. Para ello contará con todos sus efectivos, ya que este comienzo de curso está siendo especialmente benigno con el vestuario blanco en lo que refiere a lesiones: no hay ni un solo futbolista en la enfermería merengue, por lo que el portugués podrá planificar su estrategia sin ningún condicionante.

La gran duda es si el Madrid saldrá al Camp Nou con trivote o volverá apostar por el habitual 4-2-3-1 que caracteriza al equipo. En el último precedente del equipo en Barcelona, en la pasada Supercopa, el Madrid se mantuvo fiel a su estilo y salió con solo dos hombres en el mediocentro, por lo que esta vez todo apunta a que volverá a ser así. Xabi Alonso será un fijo ahí, mientras que por el otro puesto pugnan Khedira y Essien. En ataque, Di María y Cristiano Ronaldo son dos hombres prácticamente seguros; quedando en incógnita las otras dos posicones. En la mediapunta Kaká y Modric podría pelear por la titularidad y en ataque serán Benzema e Higuaín los que pugnen por salir de inicio. Finalmente, en defensa no se esperan grandes cambios y Mou saldrá con la línea de gala; si bien no se descarta que Coentrao pueda dar la sopresa y reaparecer en el lateral izquierdo.

Por su parte, el Barcelona se presentará en el choque sin terminar de encontrar su mejor juego. Los resultados le están respondiendo en este inicio de etapa con Vilanova al frente, pero su fútbol está lejos de brillar como antaño. Para colmo, los azulgranas podrían pagar cara su mala planificación de la plantilla, pues Puyol es baja segura para el choque y  es muy complicado que Piqué llegue a tiempo para jugarlo. En consecuencia, el técnico culé tendrá que recurrir a una de las dos soluciones que se le presentan: optar por una defensa de 3 superpoblando el centro del campo o utilizar a Song y Mascherano como pareja de centrales. Una u otra, las dos suenan muy bien en oídos madridistas.

Queda claro, por tanto, que el partido llega demasiado pronto para los dos equipos, si bien ambos vienen de dar claros síntomas de mejoría en los últimos choques. Una vez más, todos los focos volverán a estar en los dos grandes aspirantes a ganar el Balón de Oro: Cristiano Ronaldo y Messi. El portugués volverá al Camp Nou tras marcar 7 goles en los tres últimos partidos y con el objetivo de hacer historia siendo el primer jugador en marcar en 6 'Clásicos' consecutivos. En cuanto al argentino, el '10' lleva tres choques sin ver puerta, por lo que buscará resarcirse ante un equipo al que ya le ha anotado en 15 ocasiones. Así pues, el duelo entre ambos se vuelve a presentar de lo más apasionante.

En conclusión, será un enfrentamiento entre el mermado Barcelona y el necesitado Madrid. Una situación totalmente inversa a la vivida hace seis meses en el último partido liguero entre ambos. Entonces el Real Madrid dio un puñetazo en la mesa y sentenció el título a su favor dándole una lección de juego a su rival. Una referencia magnífica para este domingo, pues los de Mourinho ya han demostrado que no se arrugan en el Camp Nou y la situación actual obliga a repetir actuación. De ello depende que la Liga no quede hipotecada a futuribles tropiezos culés.