El madridismo no tiene un gran recuerdo del arbitraje de este colegiado, que dejó de señalar un claro penalti sobre Granero en la prórroga y que hubiera supuesto una oportunidad de oro para sentenciar la eliminatoria y conseguir el pase a la final.
Pero aquello ya ha quedado en el olvido, y los blancos deberán intentar romper el maleficio alemán pese a que el árbitro sea de infausto recuerdo. No existen más precedentes para el Real Madrid con éste árbitro, aunque aquél 25 de Abril de 2012 ya es, de por sí, suficiente antecedente.
Los blancos afrontan el choque sabiendo que una victoria les daría casi matemáticamente el pase para los octavos de final. Dos victorias en los cuatro partidos que restan, deberían ser suficientes para estar en la siguiente ronda. Esperemos, que Kassai no lo impida.
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