José Mourinho reservó al mediocentro en la Liga, pues Khedira no entró en la convocatoria del partido ante el Celta de Vigo y se quedó en casa. La intención era que estuviera a punto para el gran partido de la semana, el que iba a medir al Real Madrid con el Borussia de Dortmund. El teutón era básico para los planes del técnico, ya que el choque prometía ser muy duro e iba a requerir de un trabajo oscuro en la medular; justo donde el futbolista brilla más.
Por eso Khedira partió este miércoles de titular. Todo iba bien hasta que el jugador miró al banquillo a los 20 minutos de juego con mala cara. No podía seguir. Pisar el césped era un tortura. Así que Mourinho puso en marcha su banquillo y llamó rápidamente a Luka Modrid. El croata fue el elegido para acompañar a Xabi Alonso en el centro del campo, lo que suponía una apuesta por la calidad en detrimento de la destrucción. Una modificación en la estrategia que el equipo acabó pagando al sufrir mucho en defensa, además de que ahora habrá que esperar para saber el alcance real de la lesión del alemán.
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