Cantera y Karim, la victoria perfecta

El conjunto blanco se impuso al Alcoyano por 1-4 con dos goles del francés, otro de Kaká y uno del canterano José Rodríguez.





La Copa del Rey, sobre todo en la primera eliminatoria en la que los grandes ven la luz, es una trampa en sí misma. Caer con un Segunda B puede ser lo más sonado del año, ganarle al rival de categoría o categorías inferior, una obligación. Eso no quita para que equipos como el Real Madrid se guarde su ropa de domingo en el armario en forma de Cristiano Ronaldo, Casillas o Xabi Alonso, lo que no quiere decir que se ponga el chándal de lavar el coche para bajar al barro. En Alcoy, Mourinho utilizó estrellas de renombre como Kaká o Benzema junto a otros menos habituales como Carvalho o Adán o jóvenes sobradamente preparados como Morata, Nacho o Álex.

El Madrid tenía claro que no quería caer en ninguna de las trampas del Alcoyano. La más sencilla era la de intentar sacar el balón jugado. Varane y Albiol lo intentaron al principio, pero como Mourinho vio que el balón salía peligrosamente sucio de las piernas de sus defensas no pasó una más. Los balones en largo se convirtieron en la forma en la que los blancos se despegaban de la presión local y, a su vez, servía para generar el suficiente peligro como para que una defensa de Segunda B pudiera sufrir algún contratiempo.

Con ese guión, Mourinho pudo atribuirse bastante mérito en el gol que abrió la eliminatoria. Un balonazo de Adán acabó en un mal despeje de cabeza de la defensa del Alcoyano y con un receptor agradecido, Benzema. El galo sólo tuvo que meter la cabeza a otro golpeo de testa de un defensor local. Simple, sencillo y sin glamour, pero válido, dañino para el rival y muy útil para la eliminatoria. Una vez más, la pegada del Real Madrid hacía acto de presencia. También en la Copa, y también ante un Segunda B.


Ficha técnica:

1 - Alcoyano: Unai Alba, Arkaitz, Javi Selvas, Pereira, Alcántara, Jhon Edison (Fran Piera, m.47), Javi Lara, César Remón, Ferrán Tacón (Devesa, m.72), De Dios (Omar, m.56) y David Torres.

4 - Real Madrid: Adán, Albiol, Varane, Carvalho, Nacho, Callejón, Essien (Modric, m.59), Álex (José Rodríguez, m.46), Kaká, Morata y Benzema.

Goles: 0-1, m.21: Benzema. 0-2, m.36: Kaká. 0-3, m.67: José Rodríguez. 1-3, m.72: Javi Lara. 1-4, m.89: Benzema

Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes (colegio cántabro). Amonestó por el Real Madrid a Varane y Álex. Sin amonestados en el equipo local.

Incidencias: partido disputado en el campo de El Collao ante 6.500 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones

Benzema y Kaká podían considerarse las banderas del once inicial de Mourinho en Alcoy. Como el francés ya había dejado su sello, le correspondía al brasileño hacer lo propio. Y lo hizo. Fue gracias a un balón agarrado en la frontal del área, una de las especialidades del ‘8’ blanco. En esta ocasión no fue su clásico golpeo con el interior de la pierna derecha, sino un zurdazo raso y cruzado el que le abrió el cielo. También la brecha en el marcador y la eliminatoria.

Sólo un gran bajón del Real Madrid podía devolverle la vida a un partido que empezaba a coger cara de trámite. Aunque si por algo será recordada la segunda parte del encuentro fue por la aparición en escena de José Rodríguez, un centrocampista de apenas 17 años que se puso los galones en el centro del campo. De hecho, él mismo fue el autor del 0-3 con un golazo por la escuadra con el interior de la pierna derecha. Llegó y besó el santo. Un debut de película el de este alicantino a pocos kilómetros de su pueblo, Villajoyosa.

Ese gol dejó vista para sentencia la eliminatoria. Y eso a pesar de que el Alcoyano demostró no rendirse a pesar de que los varapalos en forma de gol caían como una mochila con piedras en sus respectivas espaldas. Una falta bien lanzada por Lara y mal medida para su recepción por parte de Adán, puso la mayor dosis de alegría en la grada de El Collao. Una alegría que duró apenas siete minutos, el tiempo que tardó Morata en darle una grandísima asistencia para Benzema que éste embocó en la red contraria y dejó sentenciada una eliminatoria en la que la cantera blanca alzó la voz en un terreno en el que las estrellas millonarias dieron la cara.