Cristiano, antes la sangre que la vergüenza

El portugués siempre tiene un comportamiento ejemplar pese a ser masacrado





 

El domingo se pudo apreciar claramente cómo Cristiano es un caballero dentro y fuera del campo. David Navarro le rompió la ceja en una acción que evidencia cierta intención, pero el jugador no se revolvió contra él. A  pesar de estar sangrando copiosamente, se tomó el incidente con profesionalidad y no buscó en ningún momento al valenciano para tomarse la venganza por su mano. Es más, no perdió nunca la concentración y continuó sobre el terreno de juego durante 40 minutos dándolo todo hasta marcar el primer gol del partido.

Luego, en el descanso, llegaron los mareos y la pérdida de visión. Lo había intentado, pero no podía seguir. El madridismo podía sentirse orgulloso de él de nuevo. Como el año pasado en el encuentro de Champions que el equipo jugó en Zagreb. Entonces Leko le hizo una entreda criminal que le abrió una tremenda brecha en uno de sus tobillos. El colegiado no expulsó al croata, por lo que a Cristiano solo le quedó el recurso de quejarse ante la televisión del pésimo arbitraje que había recibido el Madrid. Era la plasmación de la impotencia de un hombre acostumbrado a ver cómo le masacran los rivales de una manera totalmente impune.

Ejemplos como estos hay muchísimos más. El pasado mes de septiembre el luso sufrió ante el Sevilla una herida en su codo que sangró copiosamente, pero como siempre intentó seguir jugando. En octubre, el delantero terminó el partido ante el Celta de Vigo con la media empapada de sangre. O, yéndonos más lejos, en un Valladolid - Real Madrid de marzo de 2010, Nivaldo le pisó la pierna de manera flagrante y tuvo que terminar el partido con una fea herida en su espinilla a pesar de que el jugador rival no fue expulsado. Por no recordar la escalofriante entrada del futbolista del Marsella Diawara que le costó una grave lesión de tobillo o la brutal agresión de Perea en un derbi reciente.


Cualquier otro jugador habría puesto el grito en el cielo por esta cacería que está sufriendo. Sin embargo, él se dedica cada partido a jugar, a marcar goles. A pesar de que muchos le critican sus gestos y su carácter altivo, los hechos demuestran que Cristiano es uno de los futbolistas con más paciencia del mundo. Mientras que las cámaras cada vez captan más imágenes lamentables de Messi abroncando a sus compañeros, escupiendo o golpeando a sus rivales; el portugués da lecciones de saber estar. Por algo es madridista, pues Santiago Bernabéu ya lo dijo hace muchos años: "La camiseta del Madrid es blanca, se puede manchar de barro, de sudor y hasta de sangre, pero nunca de vergüenza".