Guti y Raúl contra los mercenarios del fútbol







En los últimos 15 años mundo del fútbol se ha acelerado de tal forma que se ha perdido algo de la esencia que mueve este deporte. Y es que hoy en día resulta complicado encontrar un jugador que tenga verdadero amor a unos colores, y lo exprese una temporada tras otra con respeto y fidelidad. Ahora, la ley que cuenta es la del billete verde. El caso Bosman en 1995 tampoco ayudó en este sentido, sino que convirtió en mercenarios a los jugadores que vieron como las facilidades para viajar de un equipo a otro se hacían mayores si cabe. Pero en este fútbol de vértigo comercial y económico, hay jugadores que se desmarcan de esta deleznable tendencia, tales son los casos de Raúl y de Guti.

El "7" blanco ha iniciado su 15ª campaña con el Real Madrid, y tras haber recibido ofertas de media Europa en sus mejores años de fútbol permaneció fiel al club que le hizo grande. Raúl González debutó en 1994 de la mano de Jorge Valdano, en un memorable partido en la Romareda en el que ya demostró la madera de la que estaba hecho, al intentar tirar una vaselina a Cedrún en su primer mano a mano en Primera. Tan sólo tenía 17 años, pero ya era un jugador diferente. Desde ahí a romper todos los récords, a los que esta temporada puede sumar ser el máximo goleador en la historia del Madrid además de superar a Manolo Sanchís en máximas presencias con la camiseta blanca.

El caso de Guti es similar al del capitán merengue. En el año en el que Raúl debutaba, Guti era todavía juvenil, y a pesar de ser un referente en el filial blanco, iba a entrenar todas las tardes junto a Gómez y otros canteranos a la Ciudad Deportiva a las órdenes de Ángel Cappa. En 1995 un Real Madrid-Sevilla fue su bautismo de fuego. 14 temporadas desde entonces, para convertirle en toda una institución en el Real Madrid. Manchester y MIlan especialmente no han hehco más que llamar a la puerta del de Torrejón estos años, sobre todo tras una exhibición en un trofeo veraniego en San Siro en 2000 justo tras el fichaje de Redondo por los rossoneri. Berlusconi ha sido un enamorado confeso de su fútbol, pero Guti siempre ha permanecido en el club de sus amores, hasta en las épocas en las que era el eterno jugador número 12.

Resulta muy complicado encontrar jugadores en las condiciones, e imposible verlos en un mismo equipo. Es encomiable el caso de Paolo Maldini que lleva en la primera plantilla del Milan desde 1985 y que planea retirarse en 2009 tras 24 años en la disciplina milanista. Ryan Giggs es otro de los jugadores europeos consagrados a un club, tras llegar al Manchester United en 1993 ha visto pasar jugadores como Cantoná, Beckham, Van Nistelrooy o C. Ronaldo hasta hoy. Totti, Del Piero u Oliver Kahn son otros de esos jugadores que dejan en mal lugar a los mercenarios que saltan de un equipo a otro, besando escudos como si fueran amores de un fin de semana, para marcharse al inmediato rival al día siguiente. Guti y Raúl son ejemplos para todo aquel que ama este deporte y a unos colores. ¡Bravo!