Es probable que Cristiano se haya sentido algo incómodo por lo poco habitual de la situación. No en vano, el luso no vivía una situación similar en competición nacional desde el 18 de septiembre de 2011, cuando fue suplente por última vez en el Ciudad de Valencia. Curiosamente aquél día solo tuvo que esperar 45 minutos para entrar, pues Mourinho recurrió a él en la segunda parte después de que Sami Khedira fuera expulsado en el encuentro. Un cambio que, a la larga, sería inútil, ya que el equipo acabó perdiendo en Levante su único partido a domicilio de toda la temporada en la Liga (1-0).
En esta ocasión el 1-4 conseguido en la ida no ha hecho necesario que Cristiano ingresara en el partido. Sus compañeros han sabido mantener a raya al Alcoyano, de forma que los alicantinos no han tenido ninguna opción de remontar el resultado obtenido en el Collao el pasado 31 de octubre. Todo ha salido a pedir de boca para el Madrid y el jugador, pues así no ha hecho falta que se desgastara ni un ápice antes del importantísimo duelo del sábado ante el Atlético de Madrid.
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