De hecho, el acontecimiento todavía había cobrado más importancia por el hecho de que iba a ser el primer futbolista de nacionalidad rusa en enfundarse la camiseta del club más importante de la historia. Por eso, Denis saltó este martes al Santiago Bernabéu con una mezcla de emoción y responsabilidad. Justo hace dos semanas había debutado con la selección rusa en un amistoso ante EE.UU y ahora tenía la oportunidad de hacer lo propio con el Real Madrid en el choque ante el Alcoyano.
Sin embargo, los nervios no le afloraron y pudo realizar un buen partido que seguramente acabe recordando toda la vida. Al igual que en el Castilla, el delantero demostró este martes su desparpajo por ambas bandas y fue un peligro en ataque. En la hora que tuvo, su velocidad trajo de cabeza en algunas ocasiones a la zaga visitante y fue de los hombres más destacados de un partido plácido para el madridismo. Sin duda, fue la ocasión perfecta para que el hispano-ruso viviera su gran momento, aunque cabe esperar que éste no sea más que el primero de los muchos partidos que Denis va a jugar en este estadio.
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