En la 2011-2012, el germano fue el mejor asistente madridista, pero no vio puerta con facilidad. De hecho, su primer tanto se produjo en la jornada número 20 ante el Zaragoza en el Bernabéu. Apenas pudo hacer un gol cada 605 minutos de juego.
Esta campaña, el genio de Gelserkinchen se estrenó ante el Athletic de Bilbao con un tanto a puerta vacía a pase de Benzema para marcar de nuevo ante el Atlético de Madrid el gol que supuso el 2-0 y la sentencia definitiva del choque.
Pero su gran noche goleadora se produjo en Valladolid. Dos golazos, sobre todo el 2-3 de falta directa, permitieron al Real Madrid remontar y llevarse 3 puntos muy costosos del Nuevo Zorrilla.
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