¡¡¡Así, así así gana el Madrid!!!

Benzema y Sergio Ramos le dieron la victoria a los blancos con sus goles ante el Barcelona. La segunda parte del Madrid, mucho mejor que la primera. Gran partido de Álvaro Morata en su debut como titular en un clásico.





No corremos el riesgo de equivocarnos si decimos que a Mourinho y a sus jugadores les sobraba la visita del Barcelona al Bernabéu. Que este partido esté colocado en la mitad de un maratón con duelos ante el propio Barcelona en Copa y en vísperas del choque de vuelta de los octavos de final de la Champions ya dice demasiado del calendario. Por eso, no sorprendió para nada ver a Cristiano Ronaldo en el banquillo o a Morata en el once inicial. Cuestión de rotaciones. Y de prioridades habría que decir.

El guión del partido fue el esperado. El Barcelona sobando el balón como de costumbre, la mayoría de las veces con la ausencia de peligro que demostró en el choque de Copa, con la diferencia de que enfrente estaba un Madrid al ralentí, más preocupado en salvaguardar sus muebles que en robárselos al contrario de alguna forma. A pesar de eso, el primer puñetazo del encuentro lo dieron los blancos. Álvaro Morata, que ejerció de interior izquierdo, se sacó un centro desde la banda que Benzema cazó en las barbas de un vendido Valdés. El galo la empujó a placer, desnudando a Mascherano y Piqué.

Con esa ventaja, el Madrid marcó todavía más su estilo. Con Pepe actuando en el centro del campo, los de Mourinho renunciaron a jugar el balón, y se centraron en el balón directo. Más directo aun de lo habitual. Pepe se colocaba siempre cerca de los centrales y de Busquets buscando la prolongación del balón por si Benzema y Morata aprovechaban la circunstancia de alguna forma. De hecho, el propio Morata tuvo un remate de cabeza que se le escapó por poco, ya que encontró el lateral de la red.


El partido parecía estar medido por un radar de velocidad. El Madrid no aceleraba porque no le interesaba, el Barcelona porque o no podía, o seguía asustado por lo que le pasó en la Copa. El caso es que Messi, sin Cristiano Ronaldo en el terreno de juego, consiguió superar a Diego López en un remate cruzado desde dentro del área. Al descanso, empate.

El patrón de la segunda parte no iba a cambiar demasiado. De hecho, si alguien se mostró mejor que en el primer acto ese fue el Real Madrid. Mourinho le dio 35 minutos a Cristiano Ronaldo, que fue recibido por el público como el héroe del madridismo. Su entrada provocó en cuestión de minutos una amarilla de Piqué por falta sobre él mismo, y un lanzamiento de falta que estuvo cerca de sorprender a Víctor Valdés. De Diego López y de los atacantes del Barcelona no había noticias, lo que demostraba en qué partes del campo se estaba librando la batalla.

Ficha técnica

Real Madrid 2: Diego López, Ramos, Varane, Pepe, Coentrao (Arbeloa 68’), Essien, Modric, Kaká (Khedira 56’), Callejón, Benzema (Cristiano 56’) y Morata

Barcelona 1: Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Thiago (Tello 85’), Busquets, Iniesta; Pedro (Adriano 77’), Messi y Villa (Alexis 66’)

Goles: 1-0 Benzema (5’), 1-1 Messi (17’), 2-1 Ramos (83’)

Árbitro: Pérez Lasa. Amonestó a Sergio Ramos, Jordi Alba, Piqué, Coentrao, Thiago, Morata, Alves, Arbeloa

Estadio: Santiago Bernabéu (80.000 espectadores)

Eso sí, a falta de 15 minutos para el final, el Madrid tuvo una clarísima ocasión en un balón a la espalda de la defensa culé que encontró un grandísimo desmarque de Álvaro Morata, uno de los mejores del partido, sin ninguna duda. El chaval la bajó con una clase tremenda, y cuando se le quedó para el golpeo probablemente dudó entre hacerlo por arriba o por abajo. Valdés interceptó el tiro a media altura que le hubiera dado la gloria a un jugador que, siendo delantero centro, corrió kilómetros incontables en la banda izquierda.

Esa ocasión del Madrid no iba a ser determinante en el partido, porque el destino le aguardaba una grata noticia al madridismo. Un saque de esquina tocado por Luka Modric encontró la cabeza de Sergio Ramos para estamparla en el fondo de la portería de Valdés. El Madrid volvía a darle al Barcelona dónde más le dolía, en el juego aéreo. Esta vez no fue Varane, pero sí Ramos.

Los instantes finales de partido fueron trepidantes. El Madrid pudo haber sentenciado el choque con un zapatazo de falta de Cristiano Ronaldo que se violentó contra el larguero de la portería culé. Fueron momentos en los que parecía que la victoria no se escaparía del Bernabéu, y que si había algún movimiento de marcador éste sería para ampliar la renta. Fue cuando una caída de Adriano en el área blanca desató la cólera de los culés. Iniesta fue amonestado, y a Valdés le tuvieron que sujetar una vez acabado el partido porque tenía pinta de usar los guantes para algo más que para abanicarse junto al árbitro. Y es que aunque se dijera que había poco en juego, un clásico es un clásico. Y este cayó (otra vez) del lado del Madrid.