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El último canterano del Real Madrid que debutó con asistencia de gol en un clásico fue Raúl González Blanco, uno de los mitos más importantes del madridismo, el día 7 de enero de 1995. Aquella mágica noche, el ex futbolista del Real Madrid asistió a Iván Zamorano en uno de los tres goles que anotó el chileno en el 5-0 al Barcelona. Sólo habían pasado tres meses desde que Valdano le hiciera debutar en La Romareda ante el Real Zaragoza.
Curiosamente, se da la circunstancia de que ningún canterano debutante en el clásico había logrado igualar la hazaña de Raúl hasta el pasado sábado. Apenas habían pasado seis minutos de juego cuando Morata recibió en banda izquierda, encaró a Dani Alves y colgó un balón al área pequeña que Karim Benzema sólo tuvo que empujar para estrenar el marcador. Además de este pase de gol, Morata tuvo en su cabeza y en sus botas el gol en dos ocasiones, pero la mala suerte evitó que el canterano culminara un gran partido con un gol.
Sea como sea, y salvando las distancias, Morata sigue dando pasos de gigante para conseguir algo que pocos han conseguido hacer después de Raúl: subir al primer equipo directamente desde el filial y quedarse en el Real Madrid. El delantero merengue cuenta con la confianza de Mourinho y ha demostrado que puede ser una opción más que válida. Pero lo más importante es que tiene la cabeza bien amueblada y sabe perfectamente que lo importante no es llegar, sino mantenerse.
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