Finalmente, ayer no se pudo cerrar ninguno de los traspasos que el Real Madrid tenía encima de la mesa. Y parece que todo puede permanecer estático hasta que Robinho no llegue a Londres.
Cazorla es prácticamente jugador del Real Madrid a falta de que el club blanco abone los 16 millones de euros de su cláusula de rescisión. El acuerdo con el jugador es prácticamente total, jugará de blanco las próximas cinco temporadas cobrando prácticamente lo mismo que percibe en su club actual. El jugador se despidió ayer de algunos jugadores de la plantilla del Villarreal, su rueda de prensa sonó a despedida del club, y encima fue "cazado" diciéndole a Casillas que estaba todo hecho.
El club castellonense se reunió con Cazorla ayer por la tarde para conocer de primera mano las intenciones del jugador, y parece que todo queda a expensas de que el Real Madrid abone el dinero de su cláusula, ya que Santi está deseando vestir de blanco. Es ahí donde llega el problema, porque el club blanco quiere esperar a que Robinho salga para cerrar el traspaso del centrocampista asturiano, y de momento el Chelsea no tiene intención de subir su última oferta.
Peter Kenyon, director ejecutivo del club inglés, se ha plantado en unos 32 millones de euros, cantidad a todas luces inaceptable para la directiva blanca. El club merengue pretende ingresar cerca de 40 "kilos", y el Chelsea está tensando la cuerda todo lo posible. Sabe que el Madrid no se puede quedar con Robinho después de haber declarado que se quiere marchar, y está aprovechando esa situación para no subir más su oferta por el brasileño. Y está dispuesto a esperar todo lo que haga falta porque el tiempo corre a su favor, la venta es prácticamente segura y puede encontrarse con las "rebajas" si aguanta un poco más.
Ambos traspasos están más que cantados, puede ser cuestión de días o de horas, pero don dinero es un poderoso caballero y tiene que jugar su papel en estas negociaciones.
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