¿Qué fue de... Jerzy Dudek?

Te contamos cómo el ex portero del Real Madrid se puso al volante para competir en carreras de turismos tras retirarse del fútbol.


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Portero del Real Madrid entre los años 2007 y 2011, en los que ejerció como suplente de Iker Casillas principalmente, Jerzy Dudek ha cambiado de vida radicalmente desde que se retiró del fútbol en activo, siendo el 34º futbolista más veterano en la historia de la Liga (38 años y 59 días). El ex guardameta decidió cambiar los guantes por el volante para convertirse en piloto de coches tras su adiós al fútbol, y es en ese competitivo mundo en el que vive el último lustro.

Colgó los guantes para agarrarse a un volante

Todo comenzó como una afición después de convertirse en embajador de la empresa Castrol, de ahí pasó a piloto invitado y finalmente regresó al mundo del deporte de forma profesional poniéndose al volante de un Seat León Supercopa: "Siempre he sido un apasionado del mundo del motor. Pero cuando juegas al fútbol no puedes hacer este tipo de cosas. En 2011 me convertí en embajador de Castrol y ellos me abrieron la puerta a este nuevo proyecto en Polonia. En 2013 me preguntaron si quería ser piloto invitado y accedí. Al año siguiente decidí tomar parte en la temporada completa. Este mundo me ha enganchado, es muy competitivo y eso es lo que yo quiero. Cuando uno se sienta en el coche, la adrenalina es mucho más alta que en el fútbol", comentó recientemente el polaco en una entrevista para Liverpool Echo.

Así, el ex futbolista de 43 años se ha pasado los últimos dos formando parte de la Volkswagen Golf Cup de Polonia, una carrera que enfrenta a pilotos de todo el mundo. Y el pasado mes de enero tomó partido en su primera carrera de 24 horas, en Dubai: "Me divierto mucho en las carreras. Tengo mi propio grupo de seguidores, que han pasado del fútbol al mundo del motor. Aficionados del Liverpool y también seguidores que vienen desde Holanda. Fue una sorpresa ver cómo alrededor de la pista había un montón de pañuelos que reconocía. Me sentí muy bien".

Héroe del Liverpool

Jerzy Dudek nació en Rybnik (Polonia) el 23 de marzo de 1973 y desde muy joven se puso debajo de los palos de una portería, debutando con tan solo 18 años en el Concordia Knurów. El GKS Tichy se convirtió en su segundo equipo cuatro temporadas más tarde, y tras un año dio el salto al Feyenoord, donde estuvo cinco temporadas y conquistó sus primeros títulos, una Eredivisie y una Supercopa de Holanda. Del conjunto de Rotterdam dio el salto al Liverpool, club en el que alcanzaría sus mayores éxitos, especialmente la Liga de Campeones conquistada en 2005 con una actuación personal inolvidable en la final, resuelta en la tanda de penaltis, ante el AC Milán.


Su heroicidad en aquella final sigue siendo recordada en Anfield, donde es considerado una leyenda. Sin embargo, en los dos años siguientes y tras la llegada de Pepe Reina al Liverpool, Dudek pasó de la titularidad a jugar 11 partidos en dos temporadas. Tras no renovar su contrato con el conjunto red, a los 34 años llegó al Real Madrid con la carta de libertad y con el cartel de portero suplente, un papel que ejerció con la máxima profesionalidad y seriedad, dándolo todo por ayudar a Casillas a ser mejor portero con su competitividad en cada entrenamiento. Con su llegada, el Madrid cubrió el hueco dejado por Diego López, traspasado ese mismo verano al Villarreal.

Dejó huella en el Real Madrid

Todos los entrenadores que tuvo en ese periodo (Schuster, Juande Ramos, Pellegrini y Mourinho) destacaron su actitud ejemplar a pesar de que en el Real Madrid jugó todavía menos que en sus últimos dos años en Liverpool. Ni una mala cara, ni un mal gesto ni una mala palabra. Ejemplar siempre. Los partidos que jugó con el conjunto merengue casi se pueden contar con los dedos de las manos, pero aún así dejó un sabor de boca inmejorable y la despedida que el madridismo le brindó es la mejor prueba de ello. En aquella época, Dudek disfrutaba al ponerse debajo de unos palos y evitando goles. Ahora disfruta pisando el acelerador y chorreando adrenalina a toda velocidad. Lo que queda, en ambos casos, es una personalidad competitiva, un carácter luchador e inquebrantable que hizo de él un gran portero y ahora hace de él un gran piloto. Su carrera en el deporte, valga la redundancia, todavía no ha terminado.