Corbalán ha sido durante años el ejemplo de lo que es el madridista de corazón, un jugador que se quedó en el Real Madrid durante 16 temporadas a pesar de tener grandes ofertas de otros equipos. El mítico base se limitó a hacer lo que más le gustaba, jugar al baloncesto vestido con la camiseta merengue, sin importarle nada más, ni siquiera el aspecto económico.
Ahora, 27 años después de que Corbalán se despidiera del Real Madrid, Sergio Llull ha tomado su testigo y, pese a tener una oferta más que suculenta para jugar en la NBA, ha preferido quedarse en la casa blanca. El de Mahón ha confesado que su sueño de pequeño era enfundarse la camiseta merengue y que cada noche sueña con ello, por eso precisamente ha renovado su contrato.
De un base a otro, de un mito del madridismo a otro, de Corbalán a Llull. El madridismo corre por sus venas y el de Mahón seguirá corriendo por la pista del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid con la camiseta del Real Madrid puesta y encendiendo con su característico estilo al madridismo.
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