Su estatura y coordinación llaman la atención. Con sus casi 2 metros pocos jugadores de su misma posición pueden defenderle. Tiene un físico privilegiado y unas condiciones técnicas que si las lesiones lo respetan lo llevarán a ser uno de los mejores jugador del planeta. En apenas un mes, más de una treintena de ojeadores de la liga americana podrán verle en directo, será entonces cuando termine de enamorarlos.
En America, su nombre empieza a sonar bastante fuerte como futuro crack y las quinielas empiezan a colocarlo entre los cinco primeros para el Draft de 2017 o 2018. Como es lógico, el Real Madrid tiene la idea de blindar a su diamante en bruto e intentará por todos los medios que tarde lo máximo posible en cruzar en charco y, a ser posible, que se quede en el conjunto merengue, al igual que ha hecho Sergio Llull.
De momento, el camino a seguir está siendo el adecuado. El jugador sigue creciendo a pasos agigantados y conforme vaya adquiriendo madurez, su rendimiento irá en aumento. De momento, el club lo está intentando proteger de todo el acoso mediático que supone una irrupción como la suya. Apenas hace acto de presencia ante los medios de comunicación y hasta la fecha no ha realizado ninguna entrevista personalizada. Todo el despajarpajo que tiene dentro de la cancha lo tiene de tímido fuera de ella. Habrá que estar atentos, la NBA viene a por Luka Doncic.
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