Las imágenes del túnel de vestuarios del Fernando Buesa Arena con los jugadores vitorianos expulsando literalmente a los jugadores del Real Madrid a los interiores del Pabellón vitoriano rozó lo patético. La tensión se palpó ya, previamente, en la cancha, donde Teletovic se convirtió en un auténtico macarra de barrio, con provocaciones constantes y paseo del codo incluido hacia la ceja de Hervelle.
Si lastimosa fue la imagen de los jugadores del Real Madrid saliendo de la pista como si de ladrones de banco se tratase, aún peor fue observar a los jugadores blancos esperar la salida del autobús del equipo con la impotencia propia que suponía tener que esperar que la policía les escoltara para salir de los aledaños del Pabellón porque la "ejemplar" afición vitoriana no paraba de lanzar objetos contra los cristales del autobús. De vergüenza.
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