La semifinal de la Copa del Rey comenzó siendo un ‘calco’ de lo que ocurrió 48 horas antes contra Unicaja en cuartos de final. Los tinerfeños veían el aro como una ‘piscina’, al Madrid le costaba encontrar los ajustes en defensa y los tiros liberados no entraban. En el primer cuarto, los merengues llegaron a acumular un 1/10 en triples en un festival de errores inusual. Iberostar llegó a escapar 19-11 al final del primer cuarto. Los diez primeros minutos fueron unos de los peores del ‘Laso team’ en toda la temporada.
Pero llegó la reacción y el Madrid puso las cosas en su sitio rápidamente. Laso lo dejó muy claro en el corrillo: “tened tranquilidad, hay que defender y correr, los tiros entrarán”. Y así fue, entró Carroll y el americano metió casi seis puntos seguidos, Rudy empezó a anotar desde fuera, Walter Tavares empezó a intimidar por dentro y Luka Doncic comenzó a encontrarle el punto a la dirección. La diferencia se redujó a la mínima expresión a favor de Tenerife al descanso (38-37).
Los blancos sabían que el tercer cuarto era decisivo y no desperdiciaron la oportunidad. La defensa merengue rayó la perfección, Iberostar solamente pudo hacer daño con Fran Vázquez por dentro y el Madrid se apoyó en un Rudy celestial abajo y arriba y en un gran Trey Thompkins-8 puntos en este cuarto-para marcharse al 49-56 al final del tercer cuarto.
Rudy no paraba, estaba ‘on fire’, un robo, una canasta y otro triple sirvieron para disparar la diferencia hasta los 15 puntos. El alero mallorquín, por fin, ha recuperado las sensaciones en ataque que tanto echó en falta el madridismo la pasada temporada. Tenerife quiso reaccionar-parcial de 0-6 a favor-pero la maquinaria blanca es infinita. Thompkins y Doncic mataron casi definitivamente el encuentro con dos triples seguidos (55-70). El Real Madrid jugará este domingo la quinta final de Copa consecutiva en busca de una ‘manita’ seguida que sería histórica. El ‘Laso team’ sigue haciendo historia.
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