El Real Madrid ya estaba escarmentado en lo que a la puesta en escena se trataba. Tras llegar a perder 20-0 en el partido del pasado martes en el OAKA en esta ocasión todo estuvo más normalizado, con mayor dosis de igualdad. Al primer parón se llegó con ventaja local de 21-16.
La salida del equipo de Laso en el segundo acto fue la que se esperaba de un equipo como el Madrid. Más agresivo en defensa, con las ideas algo más claras y con mejores sensaciones. Un 2-9 del equipo blanco ponía a los de Laso arriba en el marcador (23-25 min.12). El hombre del segundo cuarto fue Felipe Reyes. El capitán sacó petróleo de cada acción en la que le llegaba el balón, generalmente en forma de tiros libes. A pesar de ello, el acierto de los blancos fue menguando en este periodo. De hecho, fue gracias al rebote ofensivo la forma con la que los merengues se agarraban al partido (40-36 min.20).
La puesta en escena de los blancos en el tercer cuarto, con una salida de 9-16, volvía a mostrarnos al mejor Madrid de la eliminatoria. Con Felipe Reyes en plan estelar, anotando dos triples casi consecutivos, los de Laso empezaban a demostrarle a los griegos que no estaban en Grecia de vacaciones (51-57 min.27). Con un acierto espectacular en el triple y con el rebote ofensivo como arma extra, el Madrid entraba en el último periodo con una ventaja de siete puntos (61-68 min.30).
Después de haber logrado su mayor ventaja en el partido, al Madrid apenas le duró su renta dos minutos del último periodo. Un parcial de 7-0 de los griegos devolvía las tablas al marcador (68-68 min.32). A partir de ahí, en un partido igualado el Madrid supo aguantar las embestidas locales y, con sangre fría y acierto en los momentos decisivos, llevarse una victoria vital de Grecia para lograr el factor cancha en la eliminatoria. Si los de Laso ganan sus dos partidos en Madrid estarán en la Final Four.
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