Esto es el Real Madrid y aquí no se rinde nadie: 2-2... y a Estambul para soñar

El Real Madrid de Baloncesto ha ganado 82-76 al Efes y ha forzado el quinto partido.


Real Madrid-Efes

Real Madrid-Efes




El Real Madrid jugaba una final, a todo o nada, para seguir vivo en la Euroliga. Y sin Tavares, más difícil todavía. Salió de Turquía con un 2-0, casi definitivo, y consiguió un meritorio 2-1. A los de Pablo Laso, como en fútbol y como en todas las secciones, hay que rematarlos 4-5 veces e incluso 6.

Lo de hoy era otra nueva final y el objetivo estaba claro: volver a Estambul. Por ahí estaba el camino a la ansiada Final Four de Colonia. Las finales no se juegan… se ganan. Y si se pierden se pierden dando la talla. El caso de esta noche fue lo primero. Nada que reprocharle a un equipo que pierde a su máxima estrella (Campazzo), al que da la talla cuando la estrella ya no está (Deck) y que tiene a media plantilla lesionada toda la temporada. Sin sus escuderos Tavares y Randolph. Una montaña. 

Inicio pletórico del Madrid

La efervescencia que dejó el inicio del partido, a plena ebullición, lo dejaba todo muy claro. Los primeros 5 minutos fueron un vendaval madridista, contra el gran favorito de la Euroliga, confirmando un parcial inicial de 17-0 que lo decía absolutamente todo. Contra los triplistas, contra el poderío físico, contra el recital otomano. El inicio fue espectacular. Pletórico. Majestuoso. Frenético. Caben todos los calificativos en esa racha desde el comienzo. Recortaron (19-13), a partir de ahí, la distancia. Enfrente estaba el Efes y no un equipo de barrio. Hablamos, junto al millonario Barça de Jasikevicius, del gran favorito para hacerse con la competición continental. La calidad de los de Ergin Ataman es infinita.



 

Beaubois revienta el marcador y le da la vuelta

En el segundo cuarto se vino el arreón del Efes, con un parcial tremendo (2-21) para responder al excelso comienzo de los blancos, aunque Rudy Fernández se resistía a caer y tiraba del carro. Remaba y remaba, para levantarlo, de triple en triple y situándose, pero los turcos son cosa muy seria y el arsenal de los Beaubois (19 puntos) y Larkin (10 pts) llevó el encuentro al límite en el tiempo de descanso (36-47). Muy distinto, totalmente lo contrario, a ese primer parcial que aventajó a los de Pablo Laso en el parqué.


El Madrid nunca se rinde 

Carroll volvía a darle una nueva mecha a su metralleta... y se encendió en el triplaje. Un pequeño fogonazo le sirvió al Real Madrid, entre el de Wyoming y Usman Garuba, para ponerse a 4 puntos de desventaja. Esos triples y el coraje del de Azuqueca de Henares le daban un nuevo impulso al equipo de Laos. Esto es el Madrid y el Madrid nunca se rinde. Un triple de Thompkins para recortar el impulso del Efes, en su respuesta a esa remontada, mientras que se cerró todo con pasos de Micic y con la contienda marcando un 57-66. Quedaba vida. Quedaban 10 minutos para soñar con la quimera.

El arbitraje estaba siendo regulero, muy poco casero, permitiendo múltiples faltas del Efes. Micic tuvo que hacer una falta antideportiva clara sobre Alex Tyus para que la pitase, tras revisar por el Instante Replay, aunque en el saque de balón le pitaron tres segundos en el saque al Real Madrid. Y el partido seguía en un puño…a 4:30 para el final de partido con un 65-73.

En el tramo final había que morir en la guerra, agotando los últimos minutos de Euroliga, y los de Laso tiraron de corazón, de raza, de orgullo… para intentarlo y conseguirlo. Primero con una canasta de Llull, que no sabe quedarse sin estar en las fotos de las remontadas, pero con un protagonismo estelar de Garuba y su doble-doble para hacer saltar por los aires el último cuarto y colocar al Real Madrid a solo dos puntos de desventaja (71-73, 2:00).

El partido se decidiría entre faltas y jugadas de pugna. Un triple de Abalde puso al Madrid con uno por delante y en el carrusel de tiros y peleas se lo llevaron los madridistas. Rudy sacaba medio boleto para ir a Estambul, metiendo los dos tiros, poniendo un 78-74, a falta de 12 segundos y 1 décima. Larkin, la bala de cañón del Efes, provocaba una falta de Tyus y en sus tiros libres los clavaba a pares. 8 segundos, que parecían un mundo, con un 78-76. Llull imprimía, desde la personal, la otra parte del billete y Garuba remataba la faena (82-76). A Estambul. Esto es el Real Madrid y aquí no se rinde nadie.