El Madrid saltó al parqué del WiZink Center con un objetivo, lograr una victoria que les permitiese seguir en lo más alto de la clasificación. Además había que meter presión al Barça que juega mañana viernes ante el Efes, reeditando la final del año pasado.
Pero además querían seguir prolongando su buena racha consiguiendo el décimo triunfo consecutivo y el sexto en la máxima competición continental. Y es que los de Laso han cogido la velocidad de crucero.
Si estos son pocos alicientes Laso dirigía su partido 800 como técnico madridista, Abalde se vestía la camiseta blanca en su partido número 100 y nos encontrábamos ante el duelo más repetido en Euroliga, 63 veces con la de esta noche.
Un clásico en toda regla en el que quería seguir imponiendo el Madrid su ley, y para ello son fundamentales Yabusele, el gran fichaje del verano y Tavares, MVP del pasado mes de noviembre.
El juego interior blanco tenía un examen contra Zizic, Williams, Reynolds, Caloiaro... una potente rotación a la que hacer frente. Pero los blancos están cimentando esta temporada sus victorias en la zona y en una sólida defensa.
De hecho, venían de haber recibido en los tres últimos partidos un promedio de 67 puntos. Está claro que Laso ha trabajado mucho la defensa esta temporada y está obteniendo sus resultados. Quizás por eso decidió poner un quinteto titular muy físico, con Heurtel, Hanga, Taylor, Yabusele y Tavares. Quería controlar el rebote con hombres capaz de luchar debajo de los aros.
Salió fuerte el Madrid gracias a Yabusele hasta coger una renta de 12 puntos, pero poco a poco los israelíes igualaron el marcador hasta incluso ponerse por delante. El partido se le empezó a atragantar al Madrid, que entró en el tercer cuarto 9 abajo. Pero en los últimos 10 minutos apareció Heurtel, para darle la vuelta al marcador, darle la victoria a los blancos por 72 a 70 con canasta de Yabusele en los últimos segundos y prolongar un partido más la racha. Además llegando líder al Clásico.
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