El sorteo quiso que Real Madrid y Barcelona se midieran en las semifinales de la Supercopa de España. Se veían las caras después de que los culés se impusieron en la final de la Liga Endesa.
Pero esta es la competición de los merengues. Han ganado las 5 últimas ediciones, mientras que los azulgranas no levantan el trofeo desde 2015, y seguirán sin hacerlo otro año más.
Se enfrentaban un proyecto en plena renovación, con multitud de fichajes, frente a uno continuista que sólo ha sumado una nueva cara, pero si esa es Facundo Campazzo vale por 5.
El argentino parece que no se ha ido nunca. Volvió a erigirse en el líder del equipo, con una conexión especial con Deck. Eso mantuvo al Real Madrid en la pelea frente a un Barça que se encomendaba a Laprovittola, 16 puntos en el primer cuarto.
El acierto en los triples de los de Grimau, y el castigo de los de Chus Mateo a las pérdidas de su rival, llevaban a los equipos a marcharse al descanso con un marcador apretado.
El estirón final
Después de pasar por vestuarios, los blancos salieron más enchufados. Musa se sumó a ayudar en la anotación, y Tavares le demostró a Willy Hernangómez quién es el pívot más dominante en Europa, con un par de tapones que levantó a la gente, que silbó al internacional español desde su presentación.
El Real Madrid disputará la final de la Supercopa después de ganar 80-90. Van a por la sexta seguida y si Tavares, Deck y Musa ya eran determinantes, ahora se ha sumado a la fiesta Campazzo.
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