El francés tuvo muchos minutos por los problemas de faltas de Tavares
El Real Madrid prosigue con su racha triunfal en un partido complicado ante el Lenovo Tenerife, que nunca lo dio por perdido, pero acabó sucumbiendo ante un gran Poirier.
Todavía no conoce la derrota el conjunto de Chus Mateo esta temporada. Ni en Liga, ni Euroliga, ni siquiera en Supercopa han sido capaces de hacer sucumbir al Real Madrid en el inicio de curso.
Este domingo afrontaba una jornada complicada ante el Lenovo Tenerife, y el encuentro no pudo empezar mejor. A los merengues les entraba de todo mientras que los canarios veían cortocircuitado su ataque, con poco acierto desde el exterior.
De eso se aprovechaba el Madrid para poco a poco ir abriendo brecha gracias a sus dos parejas de moda: Campazzo-Tavares y Sergio Rodríguez-Poirier. Chus Mateo sabe las dos grandes asociaciones que tiene.
Pero tras el descanso todo cambio. Lenovo subió la intensidad defensiva, un mandato de Txus Vidorreta que se pasó gran parte del partido protestando todas las decisiones arbitrales, incluso cuando les favorecían.
La polémica con los colegiados hizo que la pista fuera una olla a presión, que aumentó más si cabe cuando vio a su equipo ponerse por delante después de una técnica a Musa que nadie entendió. Todo ello con Tavares en el banquillo por una 4 falta en un tapón en el que había tocado balón.
Pero con Edy sentado emergió el mejor Poirier, que está teniendo un inicio de temporada espectacular. Dominador en los aros, intimidando y machando en las dos zonas, y con Sergio Rodríguez asistiéndole y ejecutando un 3 de 3 en triples en la segunda mitad.
Entre los dos sofocaron la rebelión canaria y dejaron el partido en el definitivo 76-82 en el marcador. El Tenerife puso intensidad hasta el final, pero no lograron acabar con la racha madridista.
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