En un partido igualado, el paso por vestuarios le vino muy bien a los de Chus Mateo para ganar al Valencia
El Real Madrid ya espera rival en la final tras derrotar al Valencia con un gran estirón al marcador en el tercer cuarto, imponiendo su superioridad en ambas zonas.
Ante el UCAM Murcia, los de Chus Mateo sufrieron para conseguir la victoria y es que en la Copa no hay ningún partido sencillo. El Real Madrid lo sabe bien, y ante el Valencia no quería repetir lo que le pasó hace un año, cuando se vieron sorprendidos por Unicaja. Esta vez sí que se querían colar en la final.
Comenzaron muy metidos en el juego, en un partido con ataques locos, muchas transiciones, donde lograron un gran parcial, que tan sólo parecía detener Davies desde el triple, hasta que cometió su segunda falta en pocos minutos, lo que condicionó a su equipo, hasta que reaccionó Mumbru sacándolo de la pista.
El Madrid dio un pequeño estirón, sin embargo, los taronja no perdieron en ningún momento la cara al partido, consiguiendo parar el impulso merengue, sobre todo por las pérdidas de balón de los de Chus Mateo, algo que permitió que el marcador no se rompiera.
Musa y Campazzo guiaban a los blancos, pero no conseguían la distancia suficiente para que el Madrid se relajara. Hasta que llegó el descanso. El paso por vestuarios le vino muy bien a los merengues.
Un gran tercer cuarto, con un parcial de 32 a 16, fue una losa insalvable para los taronja, que sin embargo, no renunciaron en el último periodo e incluso dieron un arreón que creó algo de incertidumbre. Pero los de Chus Mateo aseguraron el marcador, para imponerse 95 a 76 y lograr el billete para la final.
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