19 puntos de revancha blanca

El equipo de Plaza se comió a los israelíes en el tercer y cuarto periodo de partido. Bullock, Llull y Felipe, los mejores. Pepe Sánchez fue ovacionado.





El aire de tensión y ganas que se respiraba en Vistalegre era considerable antes y durante el partido. Ni, tan siquiera, los tatuajes solidarios que aparecieron en la cancha, pudieron calmar los ánimos. El Maccabi traía consigo un aire revanchista que pocas veces se había visto en el Coso de Carabanchel. Y eso que la pista aún no estaba llena de los pulmones que, con el paso de los minutos, fueron haciendo acto de aparición. El tráfico en Madrid es un crimen para los partidos de las 20:45. Eso sí, ni los coches, ni el Maccabi tenían visos de impedir la tercera victoria consecutiva en este Top-16 de los de Joan Plaza.

A ritmo de mambo salieron los blancos a la cancha. En un par de buenas defensas y otros tantos ataques, el luminoso señalaba de salida un 7-2 para los blancos. Un mero espejismo que los israelíes (me reafirmo en lo que dije el año pasado; qué camiseta tan bonita se gastan) se encargaron de enjuiciar gracias a Carlos Arroyo, uno de esos bases llamados a dirigir, anotar y, si puede, seguir anotando. El Maccabi tiraba del mencionado Arroyo y de un chaval que va para figura en el arte de la canasta, Eliyahu. Con un tiro de media distancia aceptable y un buen par de manos en el rebote el equipo azul se puso por delante en el marcador con, apenas, media cabeza de ventaja, que se diría en el argot de la hípica.

- Ficha técnica:

98 - Real Madrid (18 24 28 28): Llull (13), Bullock (24), Mumbrú (13), Massey (4), Reyes (12) -cinco inicial-, Sánchez (1), Van den Spiegel (10), Hosley (7), Hervelle (5) y Tomas (9).

79 - Maccabi Tel Aviv (20 16 25 18): Arroyo (21), Marcus Brown (2), Gaines (7), Casspi (5), Fischer (12) -cinco inicial-, Simmons (-), Dee Brown (3), Eliyahu (20), Burstein (-) y Sharp (9).

Árbitros: Jungebrand (FIN), Belosevic (SRB) y Ankarali (TUR). Sin eliminados.

Incidencias: encuentro correspondiente a la tercera jornada de la segunda fase de la Euroliga 2008-09 disputado en el Palacio Vistalegre ante unos 12.000 espectadores.

...Y BULLOCK COGIÓ SU FUSIL

En los blancos destacaba (qué raro) Louis Bullock. El americano desprendía de su muñeca gritos y gritos de renovación inmediata, demostrando que es uno de los mejores jugadores de la competición. Contagiado de Bullock, apareció Pepe Sánchez. El argentino, todo clase (cuando quiere) demostró que no es tan malo como había demostrado hasta la fecha en la casa blanca. Dos asistencias made in NBA pusieron al Real Madrid arriba en el marcador antes del descanso. Una de las mejores noticias de la noche. Se quiera o no, Pepe es necesario en un tramo de temporada en el que Raúl López está lesionado y Llull no debe entrar en la vorágine de encontrarse con la lengua seca a los dos cuartos de partido.

El paso por los vestuarios reactivó al Real Madrid. Los blancos soltaron, definitivamente, la tensión y se pusieron a jugar. Con Pepe Sánchez al mando y Bullock en plan ejecutor, el Real Madrid veía las estrellas del triunfo mucho más próximas. La brecha crecía sutilmente. Sin florituras innecesarias, las diferencias comenzaron a bordear el doble dígito. La mejor de las señales, a pesar de que Sharp y Arroyo se empeñaban en dejar constancia de su presencia en la capital de España.

Con ovación incluida, Pepe Sánchez dio paso a Llull en el último cuarto. El menorquín es hombre de los momentos calientes, como volvió a demostrar hoy. Primero un triple desde la hamaca de la playa de su isla. Posteriormente, otro tiro exterior a lo francotirador desde la línea de 6.25 y, por último, tras una gran jugada colectiva, el de Menorca volvió a tirar de muñeca para hundir Vistalegre, en primer lugar, y al Maccabi, que ya agonizaba. Marko Tomas se sumó a la fiesta con un triple a lo Globetrotters y una bandeja digna de los mejores restaurantes de la Comunidad de Madrid, endulzando una victoria que supo a revancha, y que puso el casillero de victorias en la Euroliga en 3-0. Los cuartos esperan a los blancos.