Resbalón blanco en el debut de Mirotic

El equipo de Plaza no estuvo en el partido en ningún momento. Las molestias de Felipe y Raúl, clave. El Barcelona se coloca primero del grupo pero deberá ganar en Israel en la última jornada para corroborar su liderato.





No pintaban bien las cosas desde el primer momento para el Real Madrid. Las dolencias estomacales de Felipe Reyes y Raúl López trastocaron de salida la puesta en escena de los de Joan Plaza. De hecho, el cordobés no salió en el quinteto titular. Pese a ello, el Madrid no sacaba bandera blanca de antemano.

MALOS PRESAGIOS DESDE EL INICIO

Ficha técnica:

90 - Regal Barcelona (30 18 26 16): Sada (7), Navarro (16), Barton (6), Santiago (5), Andersen (22) -cinco inicial-, Ilyasova (9), Vázquez (11), Basile (11), Grimau (-) y Lakovic (3).

79 - Real Madrid (21 17 20 21): Raúl López (-), Bullock (15), Winston (-), Hervelle (7), Van den Spiegel (11) -cinco inicial-, Reyes (7), Llull (11), Massey (6), Mumbrú (4), Pepe Sánchez (-), Tomas (18) y Mirotic (-).


Árbitros: Brazauskas (LIT), Loukoulekidis (GRE) y Cicoria (ITA). Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada del grupo F del Top 16 de la Euroliga, disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 7.592 espectadores.

Tras un buen inicio local (9-2 min.2), los ánimos en la cancha se apaciguaron. Hervelle y la irrupción de un renqueante Felipe mantenían en la cuerda cual equilibrista del circo del sol a los guerreros madridistas. No podía faltar Sergio Llull, que con dos triples consecutivos volvía a repetir actuación de francotirador ante el equipo catalán (18-16 min.7).

Sin embargo, la descompensación en las faltas personales volvió a impulsar al Barcelona en el marcador. Una buena muestra de ello fue una acción de Llull que Vázquez frenó en clara falta y que, al no pitarla, encendió a un Mumbrú que vio como le pitaban una falta antideportiva por un amago de golpe al propio Vázquez. No era excusa, pero el arbitraje tampoco estaba ayudando en demasía.

A los blancos no les quedaba otra que hacer la goma en el electrónico. Con Massey cada vez más empeñado en chocar con las torres azulgrana, en lugar de ir directamente en busca de la cesta, el Madrid tenía dificultades en el ataque estático. Bullock apareció con un triple marca de la casa para dar un pequeño respiro a los suyos (39-31 min.16). Sin embargo, las caras de Felipe y Raúl López que, incluso, comentó en el banquillo que no podía jugar más, no presagiaban una segunda mitad de partido cómoda para el equipo de Plaza.

Los síntomas eran evidentes. El Madrid dependía exclusivamente de Bullock para anotar, mientras que en el bando local Navarro, Andersen o Vázquez campaban a sus anchas por la pista. Demasiadas facilidades para un equipo con varios de los jugadores mejor pagados del continente. El enfermo equipo blanco se iba diluyendo poco a poco como un azucarillo. Las diferencias entre uno y otro se iban ampliando a pasos agigantados y que ya hacían presagiar la derrota del equipo de Plaza (74-58 min.30).

LO MEJOR, EL DEBUT DE MIROTIC

El inicio del último cuarto reflejó perfectamente el partido del equipo merengue en Barcelona. Los cuatro primeros ataques de los blancos se tradujeron en otras tantas pérdidas de balón, en una nueva muestra de que hoy no era el día. Sólo el orgullo de hombres como Tomas, Hervelle o Llull hizo que el marcador no se disparara en exceso a la finalización del mismo. La mejor noticia para los blancos fue el debut de Mirotic esta campaña. A falta de dos minutos para el final, la joya de la cantera merengue irrumpió en la cancha y no tuvo reparos en ‘pegarse’ cara a cara con Andersen, el mejor jugador en el día de hoy de los azulgrana. Aquí hay jugador para el futuro.

Hablando del futuro, todo queda abierto para la última jornada del grupo en la Euroliga. El Barcelona ha tomado las riendas del mismo, pero aún debe ganar en Israel en la última jornada para corroborarlo. El Real Madrid, por su parte, deberá mejorar muy mucho su rendimiento, vencer el sábado al Joventut para dar una alegría a su afición y, sobre todo, confiar en que la tierra santa de Israel le devuelva al primer puesto del grupo europeo para evitar al TAU en el cruce de cuartos.