Ante este momento tan importante de la temporada, Navarro asegura que el equipo se siente "muy optimista", aunque también ha insistido en que el Barcelona debe ser "paciente" ante un compromiso de tal trascendencia.
"Debemos controlar las emociones: nos lo jugamos todo en cuarenta minutos y el equipo que esté más tranquilo ganará", ha señalado el jugador catalán, para quien la final a cuatro de este fin de semana supone su cuarta participación en un final de Euroliga.
La semifinal de Berlín tiene muchos puntos en común con la de Praga de 2006, en la que el CSKA derrotó al Barcelona de Navarro, aunque el equipo ruso había mostrado un nivel inferior al del azulgrana durante la competición.
Navarro ha evitado considerar al Barcelona como "favorito" y ha insistido en la "experiencia" del CSKA en las finales a cuatro, eliminatoria en la que ha participado en seis ocasiones de manera consecutiva y ha alabado la labor de su entrenador, Ettore Messina.
"Será un partido complicado, contra un rival que tiene mucha entidad", ha aseverado el escolta azulgrana, quien ha considerado que la preparación mental ante este tipo de enfrentamientos es más importante que la preparación física.
Navarro ha reconocido que jugar la final a cuatro de la Euroliga era uno de los alicientes para volver de la NBA, donde jugó durante una temporada, y ha puesto como ejemplo el quinto partido de la serie de cuartos de final contra el Tau Cerámica.
"Allí (en la NBA) estaba un poco en un segundo plano, y aquí me siento mucho más seguro y mucho más responsable", ha declarado Navarro, el único superviviente del equipo que, guiado por Svetislav Pesic, consiguió la única Euroliga del Barcelona, en 2003.
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