Prigioni pasa hoy el reconocimiento médico con el Madrid

Aunque Oleson aún no se ha decidido a marcharse al Caja Laboral





La salida de Pablo Prigioni del Caja Laboral pone el fin a la exitosa trayectoria de seis temporadas del base argentino en Vitoria en los que ha participado en la consolidación del equipo a la vez que, a nivel personal, se ha ganado la reputación como uno de los mejores bases de Europa. En su media docena de años en el Buesa Arena, Prigioni ha puesto en su palmarés una Liga ACB, tres Copas del Rey, cuatro Supercopas y se le ha resistido la Euroliga, donde ha disputado cuatro Final Four, y sólo ha obtenido un subcampeonato en la temporada 2004-05.

Los caminos de Prigioni y el entonces Baskonia se cruzaron en el año 2003-04 cuando después de cuatro temporadas en la ACB, en Fuenlabrada y Alicante, los vitorianos pusieron en sus manos el timón del equipo junto a José Manuel Calderón buscando el sucesor de Elmer Bennett como director de orquesta. El base americano dejó el listón muy alto y una huella que parecía difícil de superar, pero Prigioni ha sido el complemento perfecto sobre la cancha de cuantos entrenadores le han adiestrado y ha sabido interpretar como nadie los planteamientos de Dusko Ivanovic.

SEIS AÑOS DE ÉXITOS EN BASKONIA

Durante estas seis temporadas Prigioni se ha convertido en el base cerebral que ha sabido aplicar en cada instante el ritmo de partido que más le convenía al Baskonia (ahora Caja Laboral). La sombra de Prigioni como timonel baskonista a lo largo de estos años ha sido tan alargada hasta el punto de que el club siempre ha tenido serias dificultades en cada temporada para encontrar un base suplente del argentino. Su relevo perfecto fue Calderón, pero tras la marcha a la NBA del extremeño, el Baskonia puso a su lado a peones como Ukic, Planinic, Shakur, Ilievsky o John Lucas, aunque ninguno ofrecía garantías ni mantenía el juego del equipo cuando el argentino necesitaba descanso.

Prigioni ha estado durante tres temporadas a las órdenes de Dusko Ivanovic en Vitoria y, a los 32 años, y con la intensidad que exige el montenegrino en cada entrenamiento y partido ha optado por escuchar los cantos de sirena de Ettore Messina en su nuevo proyecto del Real Madrid reclamado, para dos temporadas, por el técnico italiano como una de las piedras angulares de su patrón de juego.