La paciencia debe asistir a este Real Madrid

Messina ha proyectado al equipo con vistas a la temporada que viene





Perder tres veces en cinco meses con el Barcelona duele. Y más si las dos últimas se producen por diferencias que rondan los veinte puntos y con la sensación de que el rival te ha pasado por encima. Pero el Real Madrid de baloncesto debe ser consciente de la situación en la que se encuentra, que no es otra que la de empezar a dar forma a una idea y un estilo de juego en base a una plantilla remodelada el pasado verano en casi toda su totalidad.

Sólo Felipe Reyes, Bullock, Sergi Llull y Van den Spiegel se mantienen en el equipo respecto a la campaña pasada. Y el belga lleva lesionado desde principios de año. Por lo que, de 13 jugadores que ahora tiene la plantilla, diez son nuevos. Una cifra brutal que obliga a la paciencia. Porque la historia está plagada de casos similares en los que los grandes equipos no se forjaron en meses, sino en años. Así sucedió en los míticos Bulls de Jordan y Pippen, los cuales tardaron cuatro temporadas en lograr el primer anillo de los seis que conseguirían.

Ni siquiera el equipo que Joan Plaza confeccionó en la temporada 2005/06 (que acabaría ganando la Liga y la Copa ULEB tras no clasificarse la campaña anterior para los Play-offs de la ACB) tuvo tantos cambios en su plantilla como ahora. El baloncesto es un deporte altamente táctico en el que los jugadores necesitan conocerse muy bien para rendir al máximo y esto es algo que en el Real Madrid no se ha podido dar tanto como Messina querría.

El factor fundamental ha sido las lesiones. Felipe Reyes, Van den Spiegel, Llull, Hansen, Lavrinovic, Kaukenas, Vidal, Bullock y Kaukenas han atravesado problemas de diversa gravedad a lo largo de la campaña, una situación que ha dificultado el acoplamiento de los jugadores. Por no mencionar las ocasiones en las que la plantilla se ha quedado bajo mínimos, como en el encuentro del pasado día 26 de diciembre ante el Barcelona. En aquella ocasión, Messina contó con siete jugadores del primer equipo y tuvo que tirar de Dasic, decimotercer jugador en la rotación, para conformar el quinteto inicial.


Cóctel de veteranía y juventud

Por lo tanto, el problema de este Real Madrid no radica en sus jugadores. La victoria ante el Panathinaikos en Atenas antes de la plaga de lesiones así lo refrenda. Aquél día se hizo el mejor baloncesto del club en años y se demostró lo que este equipo puede llegar a dar. Que es mucho. Porque no se debe dudar de la calidad de una plantilla que cuenta con jugadores como Prigioni, mejor base del último lustro en la ACB; Garbajosa, ex NBA y pilar fundamental de la selección nacional campeona de Europa y del Mundo; Kaukenas, antigua estrella del Montepaschi aspirante a todo en Europa; o Lavrinovic, uno de los pívots más dominadores que quedan en el viejo continente.

Bien es cierto que varios de estos jugadores sobrepasan ya la treintena. Messina ha buscado con ellos experiencia, con el deseo de acortar los plazos hacia el triunfo. Por eso, muchos de ellos tienen ya 32 ó 33 años, una edad que aún no es definitiva para un jugador de baloncesto. De hecho, es hasta buena, porque añade a la calidad inherente de los grandes jugadores un beneficioso temple y veteranía. Y si a estos 'mayores' contrastados se les adereza con promesas punteras del baloncesto europeo, como Velickovic, Llull o Tomic, los resultados pueden ser magníficos tras un proceso de maduración.

En consecuencia, el momento de valorar el del trabajo de la plantilla actual no debe llegar esta temporada. El aficionado merengue está acostumbrado a tener resultados temporada sí y la siguiente también, por lo que la paciencia no es algo que se lleve en la casa blanca. Y más si se trata de un proyecto que ronda los 30 millones de euros. Pero los juicios deben quedar para el verano de 2011, cuando los frutos sembrados deben haber sido recogidos. Es improbable que Messina haga grandes cambios en el Madrid actual cuando acabe esta temporada, porque desde el primer momento él tiene en mente la próxima campaña.

De esta forma, el madridismo no debe considerar un fracaso si este año los merengues se marchan de vacío. El objetivo primordial es llegar a los cuartos de final en la Euroliga y a la final en la Liga, lo cual, de cumplirse, se podría considerar como una gran temporada si se suma al subcampeonato de Copa. Porque también hay que ser consciente de con quién está compitiendo este equipo, que no es otro que uno de los mejores conjuntos de la última década en Europa, el Regal Barcelona. Perder en estos momentos con ellos no debe se motivo de gran pesar, pues es producto de la lógica del deporte. La clave está en mejorar día a día y aprender de los errores, pues como se suele decir, los campeones no nacen, sino se hacen día a día.