Llull se reencarnó en Jordan

Real Madrid 77-69 Montepaschi Siena





Si alguien tenía dudas del apoyo que el público de Vistalegre le pudiera brindar a los suyos es que conoce poco a la afición de Carabanchel. Como suele ser habitual, Lavrinovic se hizo partícipe de esos ánimos anotando los primeros puntos del conjunto madridista. Amagando desde dentro y machacando desde fuera, uno de los gemelos que se dieron cita en el partido empezó caliente.

Pese a todo, el partido olía a igualdad por los cuatro costados. No en vano, Siena tiene un equipo muy físico en el que sobresalen los músculos de hombres como Sato, Eze o Domercant. El problema para el Madrid radicó en que el primero de ellos, además, veía la lejanía del aro con gusto. 17 puntos al descanso del propio Sato hicieron daño al Madrid, que no supo frenarle en los dos contra uno.

FICHA TÉCNICA

REAL MADRID: Prigioni (8), Kaukenas (4), Hansen (5), Garbajosa (6) y D.Lavrinovic (7) -cinco inicial-, Jaric (6), Velickovic (2), Reyes (3), Llull (17), Bullock (7) y Tomic (12).


MONTEPASCHI SIENA: McIntyre (11), Hawkins (5), Sato (17), Eze (2) y Stonerook (1) -cinco inicial-, K.Lavrinovic (11), Zisis (4), Domercant (17), Marconato (-) y Carraretto (1).

PARCIALES: 13-16, 19-21, 16-16 y 29-16.

ÁRBITROS: Gregorz Ziemblicki (POL), Ilija Belosevic (SER) y Matej Boltauzer (SLO).

PABELLÓN: Vistalegre. Ante 11.300 espectadores.

INCIDENTES: Se guardó un minuto de silencio por los fallecimientos de José Eulogio Aranguren, socio número uno del Real Madrid, y Eduardo Pedraza, ex preparador físico y recuperador del equipo de baloncesto.

La buena noticia para los blancos es que Tomic estuvo en la pista y, además, anotó utilizando ese baile de pies que amenaza con marear al más pintado. Fue lo que le pasó a Benjamin Eze, que ni se enteró del bailecito del balcánico merengue. Fruto de ello, el rocoso jugador de Siena se desquició hasta el punto de bordear una técnica que los árbitros le perdonaron incomprensiblemente. Al descanso, el Madrid estaba cinco puntos abajo (32-37 min.20).

Los italianos golpearon primero...hasta que Llull les frenó

En estos partidos siempre corre el peligro de que aparezcan los hombres de naranja. No son los del butano, pero llevan un pito en su boca que puede resultar decisivo en un partido. La no señalización de unos pasos al más puro estilo correcaminos de Kristof Lavrinovic encendió los ánimos del Palacio de Vistalegre. Los italianos se aprovecharon del poco uso del pito del trío arbitral y firmaron dos triples, casi consecutivos, de McIntyre para abrir una pequeña brecha en el marcador (38-46 min.26). El Madrid estaba herido, aunque utilizó el apósito de Llull para placar la posible hemorragia (48-53 min.30).

A pesar de que Llull había puesto todo y más de su parte, a la fiesta se sumó un inesperado invitado. Y es que Ante Tomic jugó su mejor partido de blanco. Reboteó, anotó y defendió como no se le había visto antes. Además, dejó una jugada para el recuerdo, al más puro estilo Gasol, en el que dejó sentado a Lavrinovic y anotó con la izquierda. Una auténtica obra de arte. Aunque lo mejor estaba por llegar. A los blancos les hacía falta ganar por más de siete puntos para superar el average con los italianos. Un último balón y un protagonista tenían los focos sobre sus pistas…en efecto, Llull la enchufó para algarabía del público y jugadores que acabaron sobre el parquet. Una maravilla de triple para un partido casi perfecto. El Madrid está más vivo que nunca.