Si es ganar o morir , que venga otro,

Si es ganar o morir por la historia del club, que venga otro





 

"¿Hay un equipo que tiene que ganar por derecho divino?", se pregunta Ettore Messina, el entrenador del Madrid de baloncesto, cuando le recuerdan las 30 Ligas y las ocho Copas de Europa ganadas por su club y cómo desmerece su presente respecto a su pasado. "Que me lo expliquen", continúa en el Foro Ferrándiz-As, al que acudió ayer para hablar de la Copa del Rey, que empezará el próximo jueves y en la que ese día, en los cuartos de final, se enfrentará al Gran Canaria (21.30, Teledeporte).


"Quieren meter a mis jugadores, tan jóvenes, la presión añadida de tener que ganar. No entiendo ese concepto. No puedo compartirlo. Es un engaño colectivo. Es la razón por la que lleváis [los madridistas] mucho tiempo sin ganar nada [desde 2007].

Mi modesto consejo es que el Madrid debe comprender que existen otros y que la obligación es competir", sigue haciendo referencia a los rivales; "si no lo entendéis, si es ganar o morir por la historia del club, que venga otro, aunque ya habéis cambiado a muchos... Y yo tengo un gran club mañana".

Hace un año, Messina, ganador de cuatro Copas de Europa, apareció en el mismo foro con una ametralladora. A su lado se sentó Emiliano Rodríguez, histórico jugador, igualmente armado.

 La Shpagin 41 de Messina era un regalo gubernamental por la conquista del trofeo continental con el CSKA de Moscú. La escopeta del antiguo 10, también rusa, un homenaje a sus tiros.

El técnico italiano volvió a hablar ayer rodeado de históricos del club (Pedro Ferrándiz, Clifford Luyk o el propio Emiliano), que escucharon atentamente su mensaje; apoyaron su proyecto, basado en seis jugadores con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años, y se admiraron con la doble racha de 10 triunfos seguidos y de 18 consecutivos como local, además de con el florecimiento de un canterano, Mirotic. ¿Cuál es el objetivo?

 

"Me conformo con decir lo mismo que mi colega del fútbol [José Mourinho]", advirtió Messina, "que es jugar al mejor nivel posible, procurar ganar cada partido y, si al final somos segundos..., intentarlo el año que viene".

"¿Quién puede tener la obligación de ganar? ¿Hay alguien tan fuerte física, mental y técnicamente para convivir con esa obligación? ¿Para qué vale la historia y la tradición? Son valores importantes, pero, desafortunadamente, no cogen rebotes ni anotan canastas", agrega distendido durante más de una hora en una charla en la que tuvo tiempo hasta para referirse a las críticas tras las lacerantes derrotas contra el Barcelona (1-10 desde que ocupa el cargo).

 "La democracia es la democracia", argumenta; "contesto con hechos, con lo que hace mi equipo. Cuando salgo a tomarme un café, dando la cara, nadie me dice nada. Tras un seudónimo, en Internet, sí. No tengo en cuenta la opinión de los cobardes. Nadie me dice a la cara: 'Gilipollas, mejor que te vayas'. Hay que opinar con respeto, con cara y firma, sin seudónimos. En España hay un engaño colectivo".