Por si esto fuera poco, parece que la economía en la sección de la canasta tampoco está para grandes desembolsos. Máxime cuando se realizan operaciones con jugadores que han sido completamente contrarias al bienestar económico de la sección.
El último ejemplo, según se cuenta en ideal.es, es el del canterano madridista Pablo Aguilar. Los blancos le recuperaron el pasado verano del Granada a cambio de 340.000 euros que acabaron incrementándose en 100.000 euros más (440.000) al no inscribir el Madrid para su primera plantilla al jugador ya que acabó cedido en Zaragoza. Una cesión que ya se ha transformado en venta por una cantidad netamente inferior (se habla de entre 180.000-250.000 euros) a los 440.000 euros que tuvo que pagar el Madrid la pasada temporada por repescar a un jugador de su cantera. Un negocio pésimo para las arcas blancas.
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