El Real Madrid echó en falta a Rudy e Ibaka

El Real Madrid salió a comerse a su rival desde el salto inicial. Con una importante ventaja de centímetros en la pintura, los de Laso tiraron del talento de Tomic en Tomic y del ansia reboteadora de Mirotic en defensa para apretarle las clavijas al Estudiantes, que se veía impotente ante las dos torres blancas.

Sólo Germán Gabriel parecía dar con la tecla necesaria para mantener vivo al Estudiantes en el partido. Con el rebote dominado y cómodas ventajas en el marcador, el equipo madridista encontró en Carroll a su particular ametralladora para sacar de quicio a su vecino de la ciudad con una puntería de concurso.

Sin embargo, al Madrid le fue abandonando la inspiración poco a poco. Los balones ya no entraban como al principio y, lo que era peor, la intensidad en ambas canastas tampoco era la misma. Así las cosas, los de Laso fueron perdiendo distancia en el marcador de los rebotes y en el luminoso de la puntuación. De hecho, al inicio del último cuarto el Estudiantes se ponía por delante después de no haberlo hecho durante todo el partido y, sobre todo, después de que los blancos llegaran a ganar por 17 puntos en el primer cuarto (12-29).

Con el Madrid desarbolado por sus propios errores, los blancos tuvieron opciones hasta el final pero Suárez no llegó a tocar aro en un triple con su equipo tres puntos abajo. Sólo fue el primer partido en el que no estuvieron ni Rudy ni Ibaka, pero dio la casualidad de que el Madrid perdió. Mucha casualidad.