Se han disparado las suspicacias y el recelo en el seno del Real Madrid, a raíz del sorteo del Top 16 de la Euroliga. Los de Laso han sido encuadrados en un complicado grupo, junto a Unicaja, Bilbao Basket y Montpaschi, con el añadido de comenzar y terminar esta fase lejos del Palacio de los Deportes.
En la entidad blanca logran entender la primera parte del sorteo: es cierto que no pueden coincidir en esta segunda fase dos equipos que ya se hayan enfrentado con anterioridad, aunque también es verdad que, a priori, una de las máximas a seguir por la Euroliga es que, en la medida de la posible se evite la coincidencia de equipos del mismo país en un mismo grupo.
Por ello, teniendo en cuenta la composición de los bombos y al gran número de equipos que había en representación de tan sólo tres países (España, Turquía e Italia), en el club blanco llegan a resignarse por lo que depara esta primera parte del sorteo: el Real Madrid estaba emparejado con el Montepaschi de Siena. A partir de ahí, comienzan las dudas.
En el Real Madrid no llegan a concebir por qué Unicaja va directamente a su grupo y no se sortea si queda emparejado en el H, grupo del Regal Barça. Todo hace indicar quela Comisión de la Euroliga tomó esta determinación para que fuera un único grupo, el que estuviera ‘dominado’ por equipos del mismo país. Para desgracia del Real Madrid, ése fue su grupo.
Después de seguir con este rumbo, la necesidad de que los equipos que ya se enfrentaron en la primera fase del torneo no repitan en el Top 16, Bilbao Basket fue derecho al grupo de los de Laso. Pero la indignación de los merengues va más allá.
Aún sabiendo que su grupo representaba un camino lleno de obstáculos hacia los cuartos, los responsables del Real Madrid se indignaron más aún cuando los emisarios de la Euroliga hicieron el sorteo del calendario en una sala privada. Casualidad o no, el cuadro blanco deberá empezar en el Carpena y visitar al Montepaschi. Demasiadas coincidencias para que todo sea fruto del azar.
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