El tramo clave de la temporada ha llegado con el mes de febrero y aquí es donde precisamente el equipo de Laso ha empezado a notar las exigencias de la temporada. Tras un comienzo de curso que se podría calificar de idóneo, con el liderato en la primera fase de la Euroliga en el llamado 'grupo de la muerte' y el primer puesto habitual en la fase regular de la ACB, ahora las tres recientes derrotas le han complicado mucho el panorama a los blancos. Así, el equipo ha pasado a ser segundo en la ACB a un triunfo del Barcelona, mientras que en Europa depende de que el Bilbao pierda uno de los dos partidos que restan si quiere medirse en cuartos al mejor equipo de la competición, el CSKA.
A raíz de ello han surgido las críticas contra el trabajo de Pablo Laso, especialmente en las redes sociales y medios especializados. Sin embargo, en las mismas se olvidan que hace tres semanas los elogios al técnico vitoriano eran habituales, pues en poco más de cinco meses había logrado cambiarle la cara al equipo tras la espantada de Messina la temporada pasada. Victorias como la lograda en Alicante (86-92) o ante el Regal Barcelona en el Palacio de los Deportes (78-74) eran la demostración de que las cosas se estaban haciendo bien en el club.
Por eso, ahora no debe ser el momento de dudar, porque hacerlo puede tener serias consecuencias para el futuro de la sección a corto plazo. En un par de semanas llegará la Copa del Rey y no es momento de entrar en crisis. Es evidente que en los últimos días se ha jugado muy mal y que el estado de algunos jugadores es bastante bajo. Sin embargo, no está todo perdido en Europa, donde el calendario se puede considerar algo mejor que el del Bilbao. Y en la ACB, un solo triunfo separa al Madrid del líder, el Regal Barcelona.
Todo apunta a que el problema reciente ha sido mental, un problema de confianza. Muy pocos podrán negar que la plantilla actual del Madrid es la mejor que ha tenido el club en los últimos años y que el equipo no hacía un baloncesto tan bueno desde la temporada 2006/07 en la que ganó la ACB y la ULEB con Joan Plaza en el banquillo. Así que mimbres hay, y buenas intenciones también. El experimento con Rudy e Ibaka salió bien a pesar de que tuvieron que abandonar el club y el equipo reaccionó rápidamente fichando a Singler. La cuestión es que en estos casos la paciencia debe mandar, porque nadie dijo que los grandes proyectos se completen en solo unos meses. Por eso, desde DC, un voto de confianza para Laso y sus chicos.
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