Durante los días previos a la ida de semifinales, el nombre de Haaland había copado titulares. Era el jugador que el conjunto blanco debía temer, y según muchos iba a destrozarles, más aún con la ausencia de Militao.
Sin embargo, Rüdiger estuvo inconmensurable, secó al noruego, y su nombre sólo fue destacable por su padre, y seguramente no de la forma que le hubiera gustado ya que tuvo que ser echado de su palco tras encararse con la grada y hacer un corte de mangas a la afición. (Así la lio el padre de Haaland)
Pero la cosa, lejos de quedarse ahí, sigue teniendo recorrido, ya que Alf-Inge ha seguido vacilando de lo que ocurrió, cargando y acusando a la prensa de mentir y con un tono burlesco.
Entre otras informaciones que han salido, una de ellas apuntaba a que el padre del delantero habría tirado cacahuetes a un aficionado algo que ha negado: "No lo hice, no es cierto" ha escrito en su Twitter.
Pero lejos de dejarlo ahí, negando esa información y punto, ha querido seguir vacilando: "Tuvimos algunas buenas bromas con la afición del Madrid" ha comentado a pesar de sus gestos obscenos y de tener que ser expulsado de esa posición.
Y también ha querido sacar pecho: "No estaban contentos cuando el City anotó. Típico. Luego tuvimos que alejarnos 50 metros. Nada Más. Todos felices, Bueno, casi". ha terminado explicando.
Además de verlo como una broma, echa la culpa a los madridistas por no estar "contentos", además de no reconocer que le echaron, intentando vender que fue él quien se alejó, algo que las imágenes le dejan en evidencia.
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