Cuando Alejandro Menéndez fue destituido como entrenador del Castilla, el filial madridista ocupaba, con 24 puntos, la décima posición del Grupo I de la Segunda División B, muy lejos de los puestos de play – off a Segunda División. Casi nadie apostaba a que, con Alberto Toril al frente, el equipo despegaría de tal manera que incluso se permite el lujo de soñar con acabar la liga regular como primer clasificado. Y eso es lo que ha conseguido el bueno de Toril.
Y es que el Castilla, gracias a sus ocho victorias consecutivas, no solo ha conseguido encaramarse a los puestos de play – off, sino que mira de reojo al Lugo, el primer clasificado, que aunque tiene un colchón de nueve puntos sobre el filial madridista, no debe descuidarse ante el gran empuje del conjunto blanco de los últimos partidos si no quiere perder la primera plaza. Y es que en estos ocho partidos se han sumado tantos puntos como los que se lograron con Alejandro Menéndez en las 19 jornadas precedentes, lo que da a entender el buen trabajo que el técnico está realizando en el Castilla.
Una manera de trabajar que se está reflejando no solo en los resultados, sino en las sensaciones que transmite el equipo. Con un juego combinativo y de toque, en el que los pelotazos brillan por su ausencia, el Castilla ha conseguido imprimir un sello a su forma de jugar al fútbol, y eso se está notando también en jugadores como Morata, Sarabia, Alex, Carvajal o Fran Rico, que van mejorando su rendimiento a medida que pasan los partidos. Y todo esto hace pensar no solo que el Castilla se va a clasificar entre los cuatro primeros, sino que en los play – off tendrá muchas opciones de ascender. Y si no, tiempo al tiempo…
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