Remontada de campeón del Castilla

El equipo de Toril se sobrepuso al 2-0 inicial y acabó imponiéndose al Hércules por 2-4 con tantos de Denis, Casado, Morata y Jesé.





La Segunda es una División con trampa, de la que hace hombres. Uno puede acceder a ella imberbe y cerrar el curso con pelos como puntas de un iceberg. Es lo que tiene adentrarse en un mundo que conjunta veteranía, juventud y picaresca. El Castilla, que no deja de ser novato en la categoría, se va adaptando a ella. Eso sí, a base de golpes y de enfrentarse a problemas, muchas veces no buscados, otras, por interpretación errónea.

Lo cierto es que los de Toril se plantaron en Alicante teniendo enfrente a un rival con una medicina ofensiva muy parecida a la de los blancos, la velocidad. Si Jesé, Denis y Morata podrían representar dignamente a un país en un europeo de velocidad y explosividad, el Hércules también tenía su dinamita arriba, de la que hace fuego con chispita. Esto es, de la que duele. Eso fue lo que le tocó sufrir al Castilla, un chispazo en forma de golazo de Gilvan, que desde fuera del área clavó un golazo que difícilmente volverá a repetir.

Los blancos encajaron el golpe con entereza. No se vinieron abajo y mostraron agallas, eso sí, un error de entendimiento entre Casado y Mateos acabó con mano de este último en una internada de un atacante local. Un penalti tan absurdo como claro, de los que conviene evitar, máxime si juegas fuera de casa y lo regalas con paquete, lazo y soniquete. El Hércules aprovechó el presente y Mérida anotó desde los 11 metros el 2-0.


Al Castilla sólo le quedaban dos opciones, poner la cara y que se la partieran, o ponerla con el objetivo de intentar remontar. Los chicos tomaron la segunda vía. Fue Denis el que aprovechó un error en la salida de Falcón para recortar diferencias con un remate desde la frontal que el portero no acertó a sacar. Había esperanza y con razón. De hecho, el propio portero local evitó que, primero Denis y posteriormente Morata, hicieran la igualada antes del descanso, sacando un intento de vaselina y un zurdazo abajo, respectivamente.

El Hércules intentó meter el partido en el congelador. La forma, la esperada. Buscando bajar el ritmo, que los jugadores del Madrid no se sintieran cómodos tocando el balón y, en ocasiones, buscando provocar que los chavales de Toril pudieran caer en alguna pequeña trampa, como la que intentaron ‘colarle’ a Jesé, para tratar de provocar su expulsión en un pequeño encontronazo con Mérida.

Ficha Técnica

Hércules 2: Falcón, Pere (Rivas 46’), Cabrera, Sardinero, Fran Mérida, Gilvan, Peña, Sarpong (Callejón 18’), Mora, Arbilla, Bedia (Clausí 70’)

Real Madrid Castilla 4: Jesús, Fabinho, Mateos, Nacho, Casado, Mosquera, Álex (José Rodríguez 65’), Denis (Juanfran 73’), Borja (Plano 87’), Jesé y Morata

Goles: 1-0 Gilvan (16’), 2-0 Fran Mérida (29’ p.), 2-1 Denis (32’), 2-2 Casado (60’), 2-3 Morata (79’), 2-4 Jesé (92')

Árbitro: Daniel Ocón. Amonestó a Sardinero, Mateos, Nacho, Fabinho, Arbilla, Pere, Jesé, Fran Mérida, Bedia, Peña, Cabrera, Mora

Estadio: Rico Pérez (7.000 espectadores).

A pesar de todo, el Castilla siguió empujando. Y fruto de ese no desfallecimiento, el filial logró la igualada. Fue Jorge Casado, en el lanzamiento de una falta directa, el que logró la igualada. El lateral estuvo tan atinado en el golpeo como avispado, ya que aprovechó el único hueco que quedó libre en la barrera de los locales para colocar ahí el cuero. El disparo fue certero. Sólo podía encontrar la red, y eso pasó. El Castilla lograba igualar un partido que se le había puesto con peor pinta que una tortilla hecha hace 10 días. Y no quedaría ahí la cosa.

El Castilla siguió empujando. Sin avasallar ni acular en tablas a su enemigo, pero demostrando que el conformismo no es una seña de identidad del equipo blanco. En ese sentido, la moneda podía caer de cualquier lado. La cuestión era ver quién tenía las agallas para apostar, ya fuera a ganador o no. Y el que tiró del carro en ese sentido fue Álvaro Morata. El delantero remató desde fuera del área con fe. Probablemente no con la suficiente como para confiar que el balón entraría por la escuadra, pero sí con la justa como para pensar en hacerle cosquillas a Falcón. Y eso fue lo que pasó. El portero se confió y se tragó el remate del ‘9’. Morata lo celebró como si el gol lo hubiera marcado al lado de Cristiano Ronaldo y Benzema. Lo merecía. Ya en la recta final, con el Hércules desesperado buscando el empate, un balón peinado por Morata encontró la carrera de Jesé que fusiló a Falcón y dio más lustre goleador a una grandiosa remontada del filial blanco. Era el culmen de un partido que demostró que el Castilla empieza a tener barba. Y esa señal es la mejor noticia que se trajo el filial de tierras alicantinas.