Balón parado, pánico blanco

Tres goles de cabeza del Numancia derrotan a un Castilla que sufrió mal de altura y se dejó remontar un 2-1 a su favor (2-4).





Ante el Numancia, el empiece fue de arena. Sobre todo porque los visitantes pusieron el 0-1 casi sin quererlo, porque fue el Castilla el que hizo la obra de caridad que le permitió a Natalio adelantar a los suyos. Un error de Iván al intentar sacar la pelota jugada desde atrás acabó con el cuero en los pies del jugador del Numancia. Estaba fuera del área, pero bien perfilado. Su rosquita fue tan venenosa como la peor de las serpientes. Jesús se estiró para detener el cuero. No lo consiguió. Se ponían por delante los visitantes y al filial le tocaba remar contra corriente y contra la mala racha que amenazaba con poner kilos extra de peso en las mochilas de los jugadores blancos.

La presión del Numancia, especialmente en el centro del campo, era importante. Álex y Mosquera trataban de zafarse como podían del aliento de los Sunny, Nagore y compañía. Eso sí, con el paso de los minutos se empezó a ver algo mejor a los de Toril. Juanfran comenzó a asomar más por la derecha, y Jesé y Borja enlazaron alguna serie de pases y regates que obligaban al Numancia a aplicarse más de la cuenta. Sin llegar a avasallar, el Castilla empezaba a merecer la igualada, más que nada porque el Numancia tampoco había hecho más que los blancos para ir arriba en el marcador. Ahí fue cuando emergió la figura de Óscar Plano que, con un remate de cabeza a centro de Jesé, ponía el empate a uno apenas unos minutos después de haber tenido otra clara ocasión.

Después de esa igualada, se calmó la cosa. Como si de dos boxeadores se tratara, ambos equipos decidieron tranquilizar el ritmo e intercambiar guantes en zonas con menor peligro. Eso sí, poco antes del descanso, el Castilla veía cómo el árbitro no señalaba penalti por una mano clara de Nagore dentro del área del Numancia. Los jugadores y los aficionados pedían sangre, pero Figueroa Vázquez prefirió mirar para otro lado.


Si la primera parte había arrancado con la de arena, la segunda lo hizo con la de cal. Así es este Castilla, capaz de lo mejor y de lo peor. De dar un susto y de que se lo den al mismo tiempo. Una buena subida de Casado por la izquierda fue repelida por Herrerín de forma errónea. Tanto, que su manotazo le permitió a Borja García poner el interior del pie derecho y, con ello, el gol que ponía por delante al Castilla. Un tanto que acabó siendo un espejismo.

Nadie lo hubiera adivinado pero ese tanto de Borja iba a desencadenar el mal de altura del Castilla. Un fenómeno que ya se venía advirtiendo en otros partidos, pero que en esta ocasión fue exageradamente el culpable de lo que acabaría siendo una nueva derrota del filial blanco. El primero en hacer pupa con un testarazo fue Natalio, que aprovechó que Casado no cerró bien el segundo palo y que Jesús tampoco estuvo especialmente fino en su salida tras el córner tocado por Julio Álvarez. Conclusión, empate del Numancia.

Ficha técnica

Real Madrid Castilla 2: Jesús, Fabinho, Casado (Derik 74’), Iván, Mateos, Mosquera (José Rodríguez 62’), Álex, Juanfran, Borja, Jesé y Óscar Plano (Denis 62’)

Numancia 4: Herrerín, Malón, Rippa, Jaio, Regalón, Nagore (Cedrick 56’), Sunny, Julio Álvarez (Gorka 84’), Bedoya, Natalio y Juanjo (Del Pino 65’).

Árbitro: Figueroa Vázquez. Amonestó a Iván, Bedoya, Borja, Álex, Nagore, Sunny

Goles: 0-1 Natalio (1’), 1-1 Óscar Plano (22’), 2-1 Borja (46’), 2-2 Natalio (52’), 2-3 Del Pino (77’), 2-4 Regalón (81’)

Estadio: Alfredo Di Stéfano (2.300 espectadores)

Se empezaba a ver claro que cada balón aéreo al área de Jesús era una penitencia. Y eso que en el Castilla hay jugadores con altura y fortaleza para pelear con garantías por esos puñales en forma de balón parado. Una falta lateral iba a ser el preludio del 2-3. Julio Álvarez volvió a vestirse de asistente con su golpeo, y esta vez fue Del Pino el que entró como un toro para rematar de cabeza la ventaja del Numancia. Jesús, una estatua impotente ante lo que estaba viendo.

De hecho, empezaba a merodear por el ambiente la duda de si no sería mejor que el Castilla afrontara un penalti en contra que un balón parado. Las dudas se disiparon en cinco minutos. Ese fue el tiempo que tardó el Numancia en calcar la jugada del 2-3 para hacer el 2-4. Sólo cambió el hombre que remató de cabeza, aunque para el caso daba lo mismo. Balón colgado al área del Castilla, medio gol. El otro medio lo puso Regalón, que aprovechó el enésimo fallo de la zaga blanca. Puede ser colocación, intensidad o falta de fortuna, pero está claro que este tipo de errores en Segunda División se pagan con dolor, es decir, con goles en contra y, por ende, con puntos perdidos.

El Castilla sumó su sexto partido consecutivo sin conocer la victoria, y ya hay quien empieza a pedir la cabeza de Alberto Toril sin olvidar que, en primer lugar, el Castilla no está para ganar la categoría, sino para alimentar de jugadores al primer equipo y, en segundo, que este mismo técnico ascendió al equipo de categoría con jugadores como Joselu o Carvajal que, sin ir más lejos, este domingo estaban jugando un partidazo de primer nivel en la Liga alemana.