DC repasa las Copas de Europa: hoy la séptima

32 años después el Madrid vuelve a reinar





Si bien durante más de tres décadas el Madrid alimentó su leyenda con dos Copas de la UEFA y varias generaciones de futbolistas como la Quinta que asombraron al planeta futbolístico, había una espinita clavada con la máxima competición del ‘viejo continente’.

32 años tuvieron que esperar los madridistas para conseguir la ansiada ‘Septima’, pero mereció la pena. La temporada 96-97 fue la llamada ‘liga de Capello’. Con el técnico italiano en el banquillo se cambia totalmente el rumbo de un equipo en horas bajas y se decide invertir sobre seguro. Ese mismo verano se ficha a jugadores como Suker, Roberto Carlos Seedorf o Mijatovic para complementar a los Redondo, Raúl, Sanchís o Hierro.



La apuesta salio bien, se conquista la liga y se prepara un año más el asalto europeo. El verano del 97 traería consigo la salida  de Capello rumbo al Milan y la llegada de Jupp Heynckes con una fama de técnico duro que no demostró en la casa blanca. La autogestión del propio vestuario fue clave en la consecución del título europeo. Esa campaña no existen grandes fichajes sino futbolistas para apuntalar la plantilla campeona de Liga. Morientes, Savio, Karanka y el casi inédito Canabal son los nuevos, pero la base ya estaba hecha.

La apuesta de la Champions

En la primera liguilla de la Champions, el sorteo depara a los de Heynckes el Rosenborg noruego, el Panathinaikos de Grecia y el que debía jugarse ‘las habichuelas’ con los blancos: el Oporto. Se comienza goleamdo 4-1 al equipo nórdico en el Bernabéu y da muestras de que se toma la Copa de Europa muy en serio.

Se logró una importante triunfo en Das Antas y un valioso empate en la cancha de los griegos. Aún así, se pierde en el estadio del Rosenborg ( en el primer viaje de Iker Casillas con la primera plantilla del conjunto blanco con sólo 17 años), por lo que la clasificación matemática para la siguiente fase queda suspeditada  al choque en casa con los lusos.En el templo merengue no hubo lugar para las dudas y el 10  de diciembre, un contundente 4-0 sella el pase a los cuartos de final.

Karembeu, uno de los protagonistas

El Bayer Leverkusen era el rival en un doble duelo que se afrontó con expectación, ilusión y respeto. La ida en Alemania no fue para nada sencilla. Se empata a uno en terreno germano con un tanto del recién incorporado Christian Karembeu.
 
La vuelta en Madrid era un partido con trampa, pero los merengues no perdonaron y se impusieron con tres goles de Morientes, Hierro y el propio Karembeu. En semifinales, otro rival teutón , pero de más fuste: el peligrosísimo Borussia Dortmund. Y con la vuelta en Alemania. ¡Cuidado!

Por suerte el Real Madrid no estaba para bromas, la Champions era su apuesta ganadora del año. Se logra una clara victoria por 2-0 en casa, gracias a los tantos rubricados por Morientes y uno de los indiscutibles protagonistas del torneo: Karembeu. La nota curiosa de la noche estuvo en la famosa caída de la portería antes de que comenzara el encuentro, un hecho anecdótico que no enfrío el ánimo de los madridistas.
Para la vuelta tocaba sufrir en territorio germano y , en un choque marcado por la táctica y por el enorme respeto que se profesaban ambos equipos, se empató a cero. Había sido complicado, pero 17 años después del Madrid de los García, la escuadra madridista volvía a disputar la final de la Copa de Europa.


La Juve, el rival en la final


El último escollo para ganar la ‘Séptima’ sería la imponente Juventus de Turin de Zidane, Davids, Deschamps o Montero. Un equipo con clase e historia que partía como favorito en las quinielas y al que muchos ya colocaban el cartél de campeón incluso antes de disputarse el partido.

El encuentro más importante para el madridismo en las últimas décadas se jugaría en el Amsterdam Arena un 20 de mayo de 1998. Para muchos como Mijatovic, Roberto Carlos o Raúl sería la pimera oportunidad de lograr una corona continental, mientras que para otros como Manolo Sanchís sería la oportunidad de redimir a la Quinta del Buitre. Para muchos madridistas jóvenes también sería la oportunidad de vibrar como nunca en un partido señalado.
La capital holandesa fue una verdadera fiesta del deporte rey la fecha marcada.Habia nervios ilusión y una voluntad muy grande por parte de los merengues.

Nervios, intriga y... Gol de Mijatovic  

Con las estrellas ya sobre el césped, el partido se desarrolló con nervios en sus primeros compases. Sendos comjuntos se respetaban en gran medida y eso se reflejó ante un estadio abarrotado. Los italianos llegaban con peligro a la meta defendida por Bodo Ilgner, mientras el Madrid aprovechaba los minutos para hacerse poco a poco con el mando del partido.
 
Hierro, Sanchís, Redondo y compañía no dejaron pensar a Zizou, mientras, Suker, Mijatovic, Roberto Carlos y Raúl ponían el peligro para los madridistas. Con más tensión que juego y más emoción que fútbol mediada la segunda mitad Mijatovic aprovechó un rechace de un disparo del lateral brasileño para acomodarse el balón y situarlo lejos del alcance de Peruzzi. El montenegrino fuera de sí, lo celebró dedicándole el tanto a su amigo Fernando Sanz que observaba el duelo desde el banquillo. 32 años después lo había conseguido. Ya no había lugar para chistes o chascarrillos. El Real Madrid era, de nuevo, campeón de Europa. Y pronto habría más trofeos.