David Beckham, una 'star system' con corazón de guerrero

DC repasa la carrera de algunos de los mejores jugadores madridistas de la historia





David Robert Joseph Beckham nació en el barrio londinense de Leytonstone, un 2 de mayo de 1975. Su padre era un acérrimo seguidor del Manchester United y el joven David no tardó en convertirse en un ‘red devil’ más cuando era niño. No se le daba nada mal jugar al fútbol y probó en clubes como el Brimsdown Rovers F.C , hasta que en el día de su decimocuarto cumpleaños firmó un contrato para incorporarse a las categorías inferiores de su equipo, el United.En la cantera de Old Trafford coincide con otros ilustres de su generación como Paul Scholes, Nicky Butt o Ryan Giggs, con los que años después ganaría la Copa de Europa.

Una cesión al Preston North End de la tercera división inglesa es clave en su carrera y representa uno de los momentos en los que Beckham adquiere mayor madurez dentro y fuera de los terrenos de juego. Tras regresar de este ‘periodo de aprendizaje’. Su debut con el primer equipo del United se produce un 2 de abril de 1995 , cuando está a punto de cumplir 20 años. Es en la temporada 95-96, cuando Beckham comienza a hacerse un hueco en el equipo dirigido por Alex Ferguson y juega 33 encuentros en los que anota 7 goles.

Pronto se convierte en una sensación en Inglaterra y en un líder para su equipo, sustituyendo en esta faceta al polémico genio francés Eric Cantona.  Es uno de los ídolos de la Premier y el momento culminante de su carrera con el equipo de su vida llega con la consecución de la Copa de Europa de 199, tras una épica remontada. al Bayern de Munich.



Un jugador muy codiciado por los grandes del balompié europeo. Parecía que iba a jugar toda su vida para el conjunto de Old Trafford. Sin embargo, ‘Becks’ deseaba probar otras competiciones y ciertas desavenencias con Ferguson aceleraron el cambio. El Real Madrid de Florentino Pérez veía en Beckham al ‘galáctico’ soñado. Desde el punto de vista deportivo era un jugador muy solvente, capaz de aportar varias soluciones al equipo, además de su incuestionable entrega, una de sus virtudes más reconocidas. Pero era en lo económico, donde el inglés podía ser una auténtica mina de oro para el Real Madrid. La tremenda fama del jugador británico y la imagen del conjunto blanco unidas contribuirían de forma decisiva a la universalidad de la entidad madridista.

Un ejemplo en el campo


Así, tras ríos de tinta, duras negociaciones y una negación casi rotunda de Florentino Pérez ( en aquél ya famoso “never, never, never”) David Beckham terminó siendo jugador del Real Madrid,  a cambio de 25 millones de euros y tras una dura disputa con Joan Laporta para hacerse con sus servicios, el 2 de julio de 2003. Durante sus cuatro temporadas en el equipo merengue Beckham sorprendió a muchos. Beckham era un jugador intenso, bregador, competitivo, luchador. Nunca daba un balón por perdido y tampoco escatimaba esfuerzo alguno. Poseía también un guante en su pierna derecha, tanto para los lanzamientos de faltas, como para los centros desde el carril del ‘8’. Desde Michel no se había visto nada igual.



Su principal defecto fue que se pensó en él como un mediocentro o un organizador y esa no era en ningún caso su posición ideal, que se situaba cerca de la banda diestra (ocupada por Luis Figo) . Asimismo, no era un jugador de excesiva calidad técnica, aunque jamás se le podrá acusar de falta de compromiso. No en vano, se trata de uno de los futbolistas más trabajadores e intensos que el Santiago Bernabéu haya podido disfrutar en la última década.



Durante sus cuatro años de blanco dejó para la posteridad imágenes inolvidables. Jugó 158 encuentros oficiales con el Real Madrid en los que marcó una veintena de goles, alguno de ellos de muy bella factura. Después , en julio de 2007, se marchó a los Estados Unidos para probar suerte en la Liga norteamericana. Regresó  a Europa en varias ocasiones durante el mercado invernal para demostrar que sigue siendo un jugador aprovechable. Durante este tiempo el Milan fue su destino. Una inoportuna lesión en el tendón de Aquiles le privó de disputar el Mundial de Sudáfrica en 2010.   


  

En la actualidad,  sigue jugando en Los Ángeles Galaxy de la MLS estadounidense por lo que se ha convertido en un habitual de las pretemporadas blancas. Puede ser considerado como ese gran amigo que te aportó muchas cosas y que vuelves a ver en verano. Ese es David Beckham, una estrella con alma de guerrero y corazón madridista.