Ramón Grosso, el '9' de los ye-yes

DC repasa la carrera de algunos de los mejores jugadores madridistas de la historia





Nacido el 8 de diciembre de 1943 en Madrid. En el patio del Colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, donde compartió partidos con Luis Aragonés, era una de las ‘estrellas’ y no tardó en llamar la atención de algunos equipos. Juega en equipos locales hasta que al terminar el bachillerato comienza a jugar en conjuntos asociados al Real Madrid como el San Francisco Javier. El gran sueño de Grosso es terminar triunfando con el conjunto blanco.

Un ejemplo de superación


En su primera prueba con la entidad madridista no hubo suerte y los técnicos terminan escogiendo a otros jugadores. Pero él no se rinde. Se presenta una segunda vez y , actuando de defensa, pasa la prueba y se hace un sitio en los juveniles blancos.

Un año después, cuando todo parecía irle bien se le detectó un soplo en el corazón que hizo dudar de  la conveniencia de continuar su carrera deportiva. Su padre y su familia lo ocultan , un año después le practican un electrocardiograma y su problema parece superado. Regresa a los entrenamientos y cumple etapas en ‘La Fábrica’ hasta llegar al Plus Ultra.



El año 1964 cumple un periodo de cesión con el Atlético , donde realiza una estimable campaña y ‘ se gana’ su regreso a la casa blanca. Con un equipo en transición en el que Puskas, Gento y Santamaría ejercen de maestros de la nueva generación ‘ye-ye’ , es el goleador hispano-húngaro el que adopta a Grosso  y le enseña todo lo que puede acerca de cómo sobrevivir en el área rival. La cosa funciona y en la temporada 64-65 firma 17 goles en 28 encuentros, parece que Di Stéfano ha encontrado, salvando las distancias, un más que digno heredero.

Si por algo destacaba Ramón Grosso era por su tremenda voluntad, su afán de superación y sus ganas de pelear. Sus ambición por competir superaba con creces su falta de habilidad con la pelota. Con el paso del tiempo depuró sus habilidades técnicas y se convirtió en un futbolista polivalente, capaz de desenvolverse con garantías en distintas posiciones del campo.

Grosso fue uno de los hombres clave en la conquista de la sexta Copa de Europa y en la trayectoria dominante del Real Madrid en el campeonato doméstico durante las décadas de los 60 y los 70.  Siete Ligas , tres Copas de España y el mencionado trofeo continental jalonan un palmarés envidiable en sus  doce años en la primera plantilla.



Jugó 410 choques oficiales con los blancos en los que anotó 96 goles. Unas cifras  que hablan muy bien de un futbolista frecuentemente infravalorado, mucho más que el sucesor de Di Stéfano. Un jugador que permanece en la historia blanca por méritos propios.