Bernd Schuster, la precisión alemana

DC repasa la carrera de algunos de los mejores jugadores madridistas de la historia





Nacido en Baviera un 22 de diciembre de 1959, Bernd Schuster se convirtió en uno de los mejores ejemplos de centrocampista total que se pudo ver en la década de los 80. Sobre el césped hacía de todo y todo bien y durante sus dos años como madridista dejó una huella indeleble en muchos aficionados.

Sus primeros pasos en el mundo del fútbol los dio con 11 años en el Hammerschmiede Ausburg, donde comenzó a demostrar que era un jugador diferente. Un centrocampista especial, con un talento, únicamente comparable a su temperamento. Sus virtudes no pasaron desapercibidas y el FC Ausburg llamó a su puerta. Una brillante actuación con los juveniles de Alemania en 1978 provocó que el Colonia se hiciera con sus servicios para reforzar a un campeón de la Bundesliga que no se arrepentiría de dicha operación.

La Eurocopa de 1980 fue la puesta de largo de Schuster en el planeta fútbol es reconocido como uno de los mejores jugadores del torneo y resulta ser pieza clave en la victoria germana. El Barcelona por aquella época necesitaba urgentemente una estrella sobre la que construir un equipo y dar una alegría a su afición y el elegido no fue otro que el ‘crack' alemán.


Pero la controversia y la polémica eran la otra cara que Schuster siempre llevaba consigo. Así, al poco de llegar al club catalán surgió el primer encontronazo con su compañero Migueli , que le costó 100.000 pesetas de la época en concepto de multa . Sus peleas con Nuñez fueron una constante de sus ocho años en 'Can Barça'.

Genio y polémica

Con éxito, pero también con muchas polémicas a sus espaldas, cogió el puente aéreo rumbo a madrid en una operación orquestada por el presidente blanco de aquél entonces, Ramón Mendoza. Su estreno de blanco no pudo ser más exitoso , haciéndose con la Supercopa de España frente al Barcelona.

 

Schuster no tarda en convertirse en la manija de un equipo brillante que continúa ganando ligas. Él consiguió dos al encajar como un guante en un equipo de ensueño que se comportaba preciso como un reloj.

La alegría no duró demasiado. Y es que Schuster era algo así como un genio indomable que chocó frontalmente con Toshack y con la directiva merengue. Alguien complicado de tratar. De gran rendimiento en el campeonato doméstico, en Europa se diluía como el azucarillo bajando considerablemente su rendimiento. Su carácter díscolo y rebelde le llevó a estar envuelto en algunas polémicas. La peor de ellas fue en Mayo de 1990 cuando se negó a viajar a una gira por Sudamérica. Fue obligado a ir a la gira, pero ese feo detalle su puso su salida del equipo la temporada siguiente, cuando fichó por el Atlético.

Antes de instalarse en el club de la ribera del Manzanares jugó 88 encuentros de madridista en los que hizo 16 goles. Pero lo más importante de todo es que dejó un buen puñado de jugadas repletas de clase que evidenciaban su tremenda calidad en la medular. Un verdadero delineante en el centro del campo que triunfó en el Real Madrid a pesar de su complicado carácter. Después, también tuvo la oportunidad de mostrarlo como entrenador del primer equipo.