Real Madrid 7-3 Eintracht de Frankfurt

El Real Madrid había conformado una pléyade de estrellas de tal calibre que no encontraba rival en Europa. Los Di Stéfano , Gento, Puskas, Santamaría o Marquitos dominaron con mano de hierro los estadios europeos, pero aún no habían firmado su obra de arte.

Lo hicieron ese día ante un Hampden Park repleto de 135.000 seguidores. El pentacampeonato no iba a ser fácil de conseguir. Los alemanes comenzaron dominando gracias a su poderí físico y Kress inauguró el marcador a los 10 minutos de juego. Los blancos no acusaron el golpe y una combinación entre Puskas y Di Stéfano se saldó con el gol de ‘La Saeta'. Tres minutos después , el propio Alfredo se encargó de dar la vuelta al marcador.

Bien es cierto que los alemanes no le perdieron la cara al partido. Domínguez se vio obligado a realizar buenas paradas y actuaciones de mérito que , no obstante, no hicieron peligrar el triunfo.

Puskas colocó el 3-1 al borde del descanso y el cuarto al poco de la reanudación. El juego del Real Madrid era un ejemplo de belleza, efectividad y goles. Combinaciones eléctricas, remates... El astro húngaro redondeó su mejor noche de blanco con dos goles más y dos goles de Stein para el Eintracht. Finalmente, Di Stéfano cerró la cuenta goleadora con el definitivo 7-3 cuando aún restaban 15 minutos para el final. Absolutamente impresionante.

Durante casi una hora los madridistas bordaron el fútbol ofensivo. Todas y cada una de las estrellas blancas se acompasaron al unísono como si estuvieran firmando una sinfonía. Puro arte hecho deporte que aún hoy sigue levantando elogios por aficionados y profesionales. Y lo mejor de todo... El Real Madrid conquistó su quinta Copa de Europa.